Premian el mérito académico por 25 y 35 años de labor docente

No hay sobre este mundo labor más noble que la de un docente, así lo esclareció el célebre químico ruso Dmitri Mendeléyev en una de sus frases más populares: “Todo el orgullo de un maestro son los alumnos, la germinación de las semillas sembradas”. En una distinguida ceremonia, la FES Cuautitlán reconoció a 49 de sus profesores que han compartido el conocimiento dentro de las aulas a lo largo de 25 y 35 años.

Al filo de las diez de la mañana, autoridades universitarias se dieron cita en el auditorio de la Unidad de Seminarios “Jaime Keller Torres” con la finalidad de celebrar una de las actividades más trascendentes a lo largo del año. Encabezando el presídium se encontró el maestro Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz, director de la Facultad, quien estuvo acompañado de jefes de División, así como del doctor José Francisco Montiel Sosa, secretario general, la química Bertha Guadalupe Rodríguez Sámano, secretaria del AAPAUNAM, y el doctor Rodolfo Cruz Rodríguez, representante de los galardonados.

Previo a la entrega de medallas y reconocimientos, la ceremonia inició con la presentación del grupo Caravana Fantasma, una banda mexicana cuya propuesta independiente conquistó a los asistentes, pues con interpretaciones como “La costumbre”,  “El silencio”, “El reflejo” y “Violeta” demostraron su vasta experiencia en el género folk.

Acto seguido, la ceremonia comenzó formalmente y la primera en tomar la palabra fue la química Rodríguez Sámano, quien congratuló  la imperiosa profesión de los profesores señalando que “ser docente de alguna Facultad de Estudios Superiores no es una tarea sencilla”, mensaje con el que se refirió a las dificultades que enfrentaron las unidades multidisciplinarias durante su origen en el plan descentralizador de la Universidad.

Entonces llegó el momento más importante de la mañana. Un desfile de académicos tomó de manos del presídium los símbolos que conmemoran la impecable trayectoria de quienes con generosidad y por más de dos décadas han dedicado su vida a enseñar, aprender y hacer del saber un tesoro invaluable.

Casi al término del evento, el doctor Rodolfo Cruz tomó lugar frente al atril y ofreció su discurso. Breve y puntual, el también condecorado enunció fragmento del proverbio de la madre Teresa de Calcuta: “enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño; sin embargo en cada sueño perdurará siempre la huella del camino enseñado”.

Bajo esta idea, destacó las transiciones de la actividad docente: aprender, enseñar, cultivar el conocimiento y nunca dejar de aprender. “Somos de esa generación que formó a los profesionistas del siglo pasado y que también lleva sobre sus hombros la formación de los profesionistas del nuevo milenio”, apuntó.

La premiación cerró con la intervención del maestro Cuéllar, quien felicitó a los académicos y reconoció la doble labor que fungen aquellos que además cumplen cargos administrativos en distintos colegios.  Finalmente, entonando el clamoroso himno universitario, funcionarios y galardonados reafirmaron el orgullo de pertenecer a la Máxima Casa de Estudios del país.

Sandra Yazmín Sánchez Olvera

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