Exponen el fraude alimentario en centros TIF

La alimentación consciente promueve la importancia de conocer los atributos de los alimentos que consumimos, su origen, producción, propiedades nutricionales, estacionalidad, conservación, etcétera, favoreciendo así la salud. Bajo esa premisa, la Sección de Medicina Preventiva y Disciplinas de Apoyo gestionó la charla “Fraude alimentario en productos cárnicos en centros de distribución TIF”.

Esta iniciativa, surge a partir del Segundo Ciclo de Conferencias Calidad e inocuidad alimentaria. Para inaugurar la actividad se presentaron los maestros Jorge López Pérez, jefe de la División de Ciencias Agropecuarias, y César Garzón Pérez, jefe del Departamento de Ciencias Pecuarias, quienes destacaron la relevancia de las actividades extracurriculares en beneficio de la formación profesional, de igual forma, agradecieron al ponente el compromiso demostrado.

En la charla, el MVZ Ramón Cuauhtémoc Ruiz Galván, capacitador de servicios fitosanitarios en la Certificadora Mexicana de Productos y Procesos Ecológicos (CERTIMEX), se mostró entusiasmado por el regreso a su alma máter y, sobretodo, por la oportunidad de compartir con la comunidad su experiencia como médico con certificación Tipo Inspección Federal (TIF).

Al inicio, se refirió al sistema TIF como un conjunto de normas de control de inocuidad y calidad con un elevado estándar sanitario, que asegura la obtención de productos inocuos para la población. Luego, enlistó algunos de los beneficios que se desprenden de él, como su fácil traslado, la implementación de una garantía de calidad higiénico-sanitaria, así como las posibilidades de comercio internacional por ser ideales para exportar productos confiables y con mayor vida de anaquel.

Señaló que el artículo 214 del Reglamento de la Ley Federal de Sanidad Animal cuenta con distintas prioridades: contar con un plano de flujo de operación, una descripción de las actividades a las que se dedicará el establecimiento, la descripción de las especificaciones de construcción, la relación de plaguicidas regulados por la Secretaría de Salud y Asistencia (SSA) y procedimientos operacionales estándar de sanitización, entre otros.

Por otro lado, advirtió que el fraude alimentario abarca la deliberada e intencional sustitución, la adición o alteración de alimentos, ingredientes alimentarios, envasado, etiquetado o información del producto, así como declaraciones falsas o engañosas para obtener beneficios económicos que podrían afectar la salud del consumidor. Además, señaló la importancia de la trazabilidad, pues a partir de ésta se realiza un monitoreo de procesos desde la crianza hasta el procesamiento animal.

Después, el especialista enfatizó lo fundamental de aplicar criterios éticos para regular la movilización de productos cárnicos, “En tiempos pasados, los fraudes alimentarios se cometían sin dolo, recientemente ese panorama ha cambiado, ahora se usa el conocimiento y la experiencia para ocultarlos”, alegó. Finalmente, el ponente explicó que el médico veterinario tiene en sus manos la salud del consumidor y exhortó a los futuros profesionistas para actuar siempre anteponiendo sus valores.

María Dolores Elizondo Alvarado

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