Promueven la cultura de prevención del cáncer de mama

Actualmente,  el cáncer de mama es la enfermedad que más muertes causa en México, por ello es importante detectarlo en una etapa temprana, realizando exploraciones frecuentes en mujeres mayores de 25 años.  En el marco del Mes de la Prevención del Cáncer de Mama, el Departamento de Difusión Cultural presentó la charla “Una dosis de vida”.

Previo a iniciar con la plática, Patricia Torres García, responsable de Programación Cultural, dio la bienvenida a  Araceli de la Mora Salazar, activista  en los derechos de los adultos mayores, investigadora y escritora de historia de las costumbres y tradiciones de México.

Al tomar la palabra, De la Mora agradeció la oportunidad de relatar su experiencia como sobreviviente de dicho padecimiento, la cual vertió en su  libro “Una Dosis de Vida”, un testimonio que surgió como una terapia ocupacional con la finalidad de realizar una cronología  del cáncer de mama, ya que este suceso fue un detonante de nostalgia en su vida personal y familiar. “Nos da un sentimiento de soledad y nos sentimos culpables de darles este sentimiento a la familia”, indicó.

Durante su diálogo, explicó que su enfermedad se aceleró debido a la premenopausia y que cuando acudió a una “terapia del perdón”, conoció a una compañera que decidió nombrar a la quimioterapia como una dosis de vida, “pues me iban a inyectar vida”. De ahí, el nombre de su obra.

A lo largo de este proceso, detalló que en muchas ocasiones escuchó opiniones negativas de la “quimio”, pues se tiene la creencia de que afecta más de lo que ayuda. Pero la invitada lo desmintió, atribuyendo que gran parte de su recuperación fue gracias a este método.

Por otro lado, enfatizó que es muy importante realizar autoexploraciones mensuales, ya que son el primer filtro hacia una detección temprana. En el caso de las mujeres, apuntó que las palpaciones deben hacerse cuatro días antes y cuatro posteriores al periodo menstrual, ya que durante este periodo se pueden identificar con mayor sensibilidad la aparición de nódulos.

Además, reveló que se debe observar con atención para notar la presencia de texturas distintas en la piel de esta área, o bien enrojecimiento, descamación,  hundimiento en los pezones o cualquier otro cambio importante, insistiendo en que para esta afección no existe edad ni género.

En su caso, mencionó que la autoexploración fue lo que dio pie a que se realizara estudios más profundos, como la toma de biopsias que le permitieron ser diagnosticada. A partir de ahí, recibió indicaciones médicas para disminuir la sintomatología y con ello llevar una mejor calidad de vida.

La ponente también habló de los factores que desencadenan la enfermedad: la herencia, el uso prolongado de hormonas y llevar un estilo de vida poco saludable (alto consumo de alcohol, sobrepeso u obesidad y falta de actividad física). La parte más emotiva de la charla fue cuando narró lo difícil que fue para ella recibir esta noticia.

Para enfrentarla acudió a diferentes terapias, escuchó activamente a  sus seres queridos y mejoró su aspecto físico con la intención de animarse. Una de las tareas más gratificantes fue la escritura como terapia ocupacional, ya que, en 2011, cuando logró la remisión recibió la aceptación de publicación del libro.

Liliana Alvarado Sánchez

Mirna Liliana Sosa León

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