Aprendizaje en un mundo virtual

En días pasados, se llevó a cabo en la Sala de Exposición “Alas de Libertad” el octavo episodio de Ciencia, Conciencia y Café 4.0,  con el tema “Pandemia virtual, vida real”. Para esta edición el doctor Rafael Fernández Flores presentó las diferentes perspectivas de vivir el encierro. 

Los invitados fueron Lisset Jiménez Fonseca, alumna de Ingeniería en Alimentos de la FES Cuautitlán; el doctor José Bernardo Hernández Morales, jefe del Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad de Química, y el maestro Ricardo Arroyo Mendoza, director de Desarrollo de Sistemas para la Educación de la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED). 

La primera en tomar la palabra fue la estudiante, quien contó que como universitaria la adaptación fue muy frustrante, pues tuvo que usar herramientas con las que no estaba familiarizada. Además, por temor, se atrasó un semestre, ya que decidió no cursar virtualmente una asignatura, ya que es considerada una de las más importantes de su carrera, por ser el preámbulo para desarrollar su tesis. 

El doctor Rafael Fernández secundó esta idea, explicando que forma parte del comité que recibe los proyectos para tesis y que ante esta situación optaron por pausar la actividad, con la esperanza de volver a la normalidad pronto. “Esta parte se quedó trunca, al ver que la pandemia no terminó decidimos cambiar la modalidad de titulación a tesina, pero no funcionó, porque los docentes no tuvimos el conocimiento para dirigirlas y los alumnos  para realizarlas”, aseguró.

Siguiendo con la charla, el doctor Ricardo Arroyo narró que en 2009 la CUAIEED creó las aulas virtuales para una población de tres mil profesores al semestre. En 2019 lanzaron un mecanismo de registro manual ligado a la base de datos del personal. “Se programó sin saber lo que se venía, sin esto no se hubieran podido habilitar las más de 25 mil aulas creadas en la pandemia”, aseveró. 

Los ponentes coincidieron en que entre las principales problemáticas  que vivieron durante este período se encontró la mala administración del tiempo, contar sólo con un dispositivo por familia para conectarse, no tener espacios adecuados para el estudio y compartirlos con otros integrantes de la casa. 

Otro aspecto del que hablaron fueron las emociones “anímicamente terminamos destrozados, muchos de mis compañeros desertaron al no aprender o no ser autodidactas”, expresó la estudiante. En cambio, para los profesores la experiencia fue más optimista, porque concluyeron con éxito y a tiempo sus cursos. 

En las últimas reflexiones, el doctor Arroyo habló del metaverso como un elemento importante, “se trata de entrar a un mundo virtual, vivir la experiencia y realizar una actividad que normalmente no está al alcance”. En este tenor, el doctor Fernández aseguró que gracias a este recurso es posible conocer minas o laboratorios que no están disponibles o se encuentran en otros estados. 

Finalmente, Lisset Jiménez invitó a los presentes a mantener lo mejor de la digitalización y unirlo a la actividad presencial con la finalidad de enriquecer el aprendizaje.

Martha Guadalupe Díaz López

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