Mujeres en la ciencia hechas en la FES Cuautitlán

Médica Veterinaria y Zootecnista

Una de las cualidades que condujo el camino de la doctora Elein Hernández Trujillo, profesora de carrera en la FES Cuautitlán, fue la curiosidad, cuestionarlo todo y siempre preguntar razones marcó su niñez. Hoy recuerda sus tardes de infancia detrás de libros y enciclopedias, tratando de encontrar respuesta a todas sus dudas. Eso y una familia de médicos la llevaron a decidir convertirse en  Médica Veterinaria y Zootecnista como profesión. 

Sin embargo, la razón principal para elegir esta actividad fue su deseo por ayudar. “Esta carrera no sólo ayuda a los animales, el eje principal de esta disciplina, sino que a través de ella contribuimos a mejorar la calidad de vida de los productores y de la salud humana, en general”. Bajo esta premisa, actualmente se desempeña en el área de bienestar animal aplicado a la producción avícola, ya que son de las especies que mayormente habitan el planeta y, por ende, una de las que más alimentan a la población. De este modo, “la oportunidad de hacer un cambio beneficiará a un gran número”.

Ingeniera en alimentos

La doctora Laura Patricia Martínez Padilla, responsable del Laboratorio Propiedades Reológicas y Funcionales en Alimentos, narró que desde estudiante en el Colegio de Ciencias y Humanidades siempre le gustaron las Matemáticas y la computación. Aunque en el Laboratorio de Química encontró su pasión, “se me abrió todo un mundo, justo en el último año tomé la decisión de estudiar química o alguna ingeniería para tener la aplicación de estas materias”.

En un inició eligió Ingeniería Química, la pensó como una excelente opción para combinar sus asignaturas favoritas. Sin embargo, al estar estudiando en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP), Cuautitlán, tuvo la oportunidad de cambiarse a una carrera de reciente creación: Ingeniería en Alimentos, la cual resultó viable porque esta área es una especialización dentro del plan de estudios de su licenciatura inicial.

Ingeniera Agrícola

Algunos de los recuerdos más gratos de la infancia de la doctora Viridiana Trejo Pastor, investigadora de la Facultad, sucedieron en el campo, en una parcela de caña, ubicada en Izúcar de Matamoros, Puebla. Estar en ese ejido propiedad de su abuela no sólo despertaba su interés, desataba su felicidad. En consecuencia, años más tarde eligió convencida la carrera de Ingeniería Agrícola. 

Sin embargo, tomar esta decisión no fue sencillo, pues su familia no estaba de acuerdo. La experiencia de su abuela era prueba de que la vida en el campo es un reto que impone grandes desafíos, especialmente para las mujeres. A pesar de esto, la académica continuó con paso firme hasta convertirse en Ingeniera Agrícola y hoy con su trabajo contribuye al agro mexicano y coadyuva a consolidar la labor femenina en las zonas rurales.

Ingeniera Química

La doctora Francisca Alicia Rodríguez Pérez, adscrita al Laboratorio 5 de Tecnología Electroquímica y a la Nave 1000 de Campo Uno, creció en una familia tradicional. Por eso, desde niña escuchó los consejos de su abuela, quien le inculcó aprender a cocinar, lavar y otras labores domésticas para que “no la fueran a regresar”. Hasta ahora la idea le parece absurda. 

Más adelante, acompañada del ejemplo de su maestra de secundaria y el ímpetu que siempre le inyectó su madre, descubrió que la preparación y el aprendizaje no tienen fin. Desde entonces, dedicó sus días a nutrir su curiosidad y la chispa de pasión que se enciende cada vez que los  conocimientos teóricos y experimentales coinciden tras una ardua investigación. “Si algo he aprendido es que, tarde o temprano, la disciplina dominará a la inteligencia”, enfatizó.

Ingeniera Mecánica Eléctrica 

Desde su adolescencia, la doctora María del Pilar Zepeda Moreno, académica de la FES Cuautitlán, supo que quería estudiar ingeniería. La inspiración no vino de sus familiares ingenieros, pues ella lo recuerda como algo que siempre la acompañó. No obstante, previo a la elección de su profesión, algunas personas le comentaron que Ingeniería Mecánica Eléctrica era una carrera para hombres y  que no había lugar para ella. El hostigamiento fue tal que comenzó a decir que estudiaría Odontología. 

En casa, el apoyo de sus padres fue incondicional. Luego, al formar una familia y ser madre de dos hijos, su esposo y colega se convirtió en su cómplice y soporte. Actualmente, tras 35 años de aquella elección, su vocación sigue firme, pues le ha permitido romper paradigmas que no imaginó, demostrar sus capacidades y formar recursos humanos íntegros y exitosos, una de sus satisfacciones profesionales más grandes .

Ingeniera Mecánica Eléctrica

Gracias a su curiosidad fue que la doctora Jatzibe Adriana Correa Espinosa, docente de la asignatura “Termodinámica” en la Facultad, decidió estudiar Ingeniería Mecánica Eléctrica. “Siempre tuve interés en saber cómo funcionan las máquinas y me motivó mucho darme cuenta que podía participar en el desarrollo de su tecnología y su reparación”. Además, durante su trayectoria escolar se percató que la labor de los ingenieros busca mejorar la vida del ser humano, para hacerla más cómoda.

Otro factor que impulsó su elección fue su concentración y constancia en materias como Física y Matemáticas durante el bachillerato, pues una vez que logró entenderlas le  generó mucha satisfacción. “Darme cuenta de que obtuve las mismas calificaciones o mejores que mis compañeros hombres, me hizo confiar en que también puedo resolver problemas y enfrentar cualquier reto”.

Química 

Sin dudarlo, la doctora Norma Rodríguez Laguna, integrante del Laboratorio de Fisicoquímica Analítica, recordó que el profesor Fidencio de la Secundaria Número 270, de Zumpango, fue quien provocó su pasión por la Química. “La materia me atrapó, su manera de explicar, de distribuir la información en el pizarrón, para mí los temas eran muy claros y gracias a esto siempre obtuve buenas calificaciones”. 

Por otra parte, en esa misma etapa, también encontró inspiración al escuchar sobre científicos famosos, como Alexander Volta,  Isaac Newton, Humboldt, Dalton e Hipócrates. “Me fascinó conocer sus innovaciones y cómo las diseñaron e implementaron”. Además, una de sus inclinaciones por esta ciencia es debido a que siempre está en continuo desarrollo, es innovadora y aplicativa. “Si me volvieran a preguntar qué quiero estudiar, sin pensarlo, otra vez elegiría Química”.

Química Farmacéutica Biológica

Para la doctora Jazmín Flores Monroy, responsable del Laboratorio de Farmacología del Miocardio, su interés por la ciencia está muy ligado a la FES Cuautitlán, ya que cuando tenía ocho años acompañó al laboratorio a su tía, la doctora Verónica Monroy Martínez, quien en aquel momento se desempeñaba como ayudante de profesor. Ahí la ayudó a colocar el material para llevar a cabo una práctica de arrastre de vapor de Química orgánica, “¡para mí fue lo más divertido del mundo!”, recordó con gran emoción.

A partir de ese momento, su curiosidad creció y las visitas se hicieron más constantes, pues deseó conocer más. “En esa época decidí que quería ser Química Farmacéutica Biológica”. Cabe destacar que la Facultad siempre fue parte de su entorno, ya que aquí tomó clases de idiomas y, junto con su familia, asistió muchas veces a las canchas a jugar básquetbol.

Bioquímica Diagnóstica 

A temprana edad, la doctora Sofía Piña Olmos, académica de la Facultad, sintió curiosidad por conocer los procesos que ocurren dentro del cuerpo humano. Sin embargo, su interés por estos temas creció mientras realizaba sus prácticas profesionales de bachillerato en una empresa farmacéutica, donde conoció a egresados de la FES Cuautitlán, quienes le aconsejaron unirse a esta institución para continuar sus estudios. 

Después de una exhaustiva revisión a las distintas carreras y planes de estudio, decidió ser parte de la primera generación de la licenciatura en Bioquímica Diagnóstica, para al fin aprender todo lo posible sobre las células que observaba por el microscopio. De igual forma, recordó que su impulso por prepararse profesionalmente fue inculcado por su madre, quien la incitó a conocer, vivir, asombrarse y tener el valor de buscar respuestas.

















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