Desde sus orígenes, la música ha representado ese acercamiento del hombre con las manifestaciones más propias de sí mismo, un modo de construir artísticamente el cúmulo de sensaciones que nos convierte en seres humanos. Cada una de estas expresiones fue suscitada por la pianista Marcela Frausto Salas en uno más de los Conciertos de Cámara que organiza el Departamento de Difusión Cultural con la intención de llevar a la comunidad universitaria la música clásica de artistas nacionales.
La cita fue en punto de la una en el Auditorio de Extensión Universitaria, lugar donde la pianista invitada empezó un concierto cuyo repertorio, en sus palabras, estuvo dedicado a obras de importantes periodos artísticos. La primera, el Concierto al Estilo Italiano de Johann Sebastian Bach, obra que dejó vista una clásica composición ornamentada del periodo barroco.
Siguió la Sonata en C, KV 330 de Wolfgang Amadeus Mozart, en la que la delicadeza de las notas llevó hacia la solemnidad al auditorio. Finalmente fue turno del romanticismo con Johannes Brahms y su Intermezzo en A, Opus 118, cuya melancolía y virtuosismo despertaron el más puro de los sentimientos amorosos. El concierto concluyó con una pieza de Erik Satie y la ovación del público asistente.
Víctor M. Reyes Flores