Con el fin de concientizar a la comunidad de la FES Cuautitlán sobre la importancia de patentar sus creaciones, durante dos días se impartió el Curso Básico “Propiedad Intelectual”, en el Auditorio de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria (UIM).
En el inicio formal de la actividad, el doctor David Quintanar Guerrero, director de la Facultad, enfatizó que las patentes permiten recompensar a aquellos que han hecho un esfuerzo importante para crear desarrollos y nuevas tecnologías.
Luego, agradeció al maestro Ignacio Olvera Rodríguez, responsable de la Unidad de Patentamiento, Emprendimiento y Vinculación (UNIPEV), y al doctor Salvador Enrique Morales Herrera, coordinador de Propiedad Intelectual de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica (CVTT), de la UNAM, por la organización e impartición del curso.
Para comenzar su charla, el ponente comentó que la primera multidisciplinaria se encuentra entre las cinco entidades universitarias con más solicitudes de patente. De igual forma, señaló que el conocimiento es el contenido intelectual relativo a un campo determinado. Además es intangible, mejorable, acumulativo, específico, transformador y no se puede devolver, por lo cual es relevante protegerlo.
“La propiedad intelectual está relacionada con las creaciones de la mente y este ejercicio brinda la capacidad de decidir si quiero transferir, divulgar, guardar o proteger mi innovación”, explicó.
En este sentido, comentó que las innovaciones se clasifican de acuerdo con su tipo, pues los derechos de autor abarcan obras literarias, teatro, cinematografía, música, dibujos, pintura, fotografía, escultura, software. Mientras que la propiedad industrial incluye patentes, modelos de utilidad, marcas, diseños y secretos industriales.
Por otra parte, enfatizó que al poseer la patente de un producto o proceso (incluyendo el derivado de éste), el derecho exclusivo otorgado impedirá que un tercero venda, use, fabrique, ofrezca o importe el producto protegido sin consentimiento.
Más tarde, el doctor Morales detalló que el tiempo de espera aproximado para obtener una licencia es de tres a cuatro años y la validez de cada registro dependerá de su aplicación, novedad y resultado de la actividad inventiva. Una vez cubiertos estos requisitos la vigencia abarcará 20, 15 o 10 años.
Durante esta jornada, los asistentes también recibieron orientación sobre la correcta presentación de su innovación, así como sobre los puntos a desarrollar en el documento descriptivo que se requiere para presentar una solicitud de patente.
María Dolores Elizondo Alvarado