UNIGRAS, una muestra de la colaboración femenina

Con la conferencia “Redes de sororidad y trabajo entre académicas” la coordinación de Ingeniería Agrícola participó en la conmemoración del #8M en la Facultad. En esta ocasión la actividad reunió a representantes de la Unidad de Granos y Semillas (UNIGRAS), para charlar sobre sus líneas de investigación. 

Durante la inauguración, se explicó que esta área cuenta con dos naves y un invernadero en el Centro de Asimilación Tecnológica (CAT), donde se realizan proyectos enfocados a las semillas de consumo humano y animal, es decir, granos. Ahí también se estudian aquellas que son utilizadas para la siembra, producción de alimento y generación de nuevas variedades, dándole prioridad al maíz, trigo, sorgo, avena, cebada y algunas leguminosas, como el frijol. 

Sin embargo, comentaron que a nivel rural e industrial se pierden cantidades considerables debido al manejo inadecuado poscosecha. Por ese motivo, la misión de UNIGRAS es desarrollar investigación que contribuya a mantener la cantidad, calidad e inocuidad de estos recursos, así como promover la innovación en la obtención de productos procesados de alta calidad. Para continuar con la actividad, las invitadas expusieron sus proyectos. 

La primera en tomar la palabra fue la doctora Josefina Moreno Lara, quien charló sobre las micotoxinas, que son compuestos tóxicos producidos de forma natural por algunos tipos de mohos. A lo largo de su presentación, habló sobre las diferentes clases de micotoxinas, dónde se encuentran, su funcionamiento, a quiénes afectan y los daños que causan.  

Nuestro trabajo en el laboratorio, afirmó, busca prevenir los daños poscosecha en los granos a partir de diferentes técnicas que favorecen la detección de estos metabolitos secundarios tóxicos. Por ello, recomendó regular las metodologías de detección de micotoxinas en los alimentos y considerar la pertinencia de los reglamentos y legislaciones para las más de 300 micotoxinas existentes. 

Después, las doctoras Gabriela Sánchez Hernández y María Cristina Julia Pérez, comentaron que la seguridad alimentaria precisa la innovación en el uso de técnicas sustentables y responsables con los recursos naturales, como son los métodos biofísicos que se usan desde el siglo XX. 

Aseguraron que la implementación de métodos biofísicos, como la luz láser, ultravioleta, los campos magnéticos y eléctricos, rayos x, la radiación ionizante y no ionizante, de microondas, el plasma y los rayos gamma han demostrado ser una alternativa sostenible que presenta efectos positivos en la calidad fisiológica y sanitaria de las semillas, además de la tolerancia al estrés hídrico. 

Esta línea de investigación busca contribuir a la incorporación de métodos científicos sostenibles como una alternativa en la presiembra a lo largo de las diferentes etapas del establecimiento y desarrollo de los cultivos agrícolas, así como impactar en la mejora de la calidad y producción de los alimentos, tanto para humanos como para animales. 

La última en presentarse fue la doctora Martha Quezada Viay, quien abordó el almacenamiento hermético de granos e indicó que los objetivos de su proyecto son el desarrollo de silos herméticos, conocer el efecto del hermetismo sobre diferentes especies de insectos y de hongos, asegurar la viabilidad de la semilla, prevenir la contaminación de maíz con aflatoxinas y reconocer el efecto del contenido de humedad en los granos.

María Dolores Elizondo Alvarado

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