“El vino moderado es salud para el cuerpo y alegría para el alma”
Refrán Español
En la más reciente edición de Ciencia, conciencia y café, que llevó por nombre “Y el vino los junta”, el doctor Rafael Fernández, coordinador académico del programa, recibió al doctor Francisco Montiel Sosa, académico de la FES Cuautitlán, al maestro Elio Vega Munguía, técnico académico de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de la Información y Comunicación (DGTIC), y a la licenciada Vanessa Joachin Bolaños, coordinadora de Extensión Universitaria de la Facultad.
La cita fue en la Explanada de la BIblioteca de Campo Cuatro, donde el conductor mencionó que una de las propiedades más apasionantes de esta bebida es reunir a personas de diferentes profesiones, pero con gran sensibilidad, tal es el caso de los participantes de esta mesa.
Para hablar desde la perspectiva científica, el doctor Montiel explicó que el consumo moderado de vino representa un impacto favorable en la prevención de diferentes enfermedades, principalmente cardiovasculares. También, agregó que tiene más de 500 sustancias, muchas de ellas poseen un efecto antioxidante y calificó al resveratrol como la “molécula estrella”, pues se trata de un polifenol presente en la protección de enfermedades coronarias.
Desde el punto de vista tecnológico, el maestro Vega mencionó que en la actualidad es posible preguntarle a Chat GPT (inteligencia artificial) sobre recomendaciones de maridaje. Por otro lado, indicó que en la producción agrícola se usan drones para hacer mapas del suelo, monitorear el cultivo y, en ocasiones, para aplicar agroquímicos. Otra novedad de la que habló fue de los envases inteligentes, en los cuales es posible apreciar la acidez de cada vino.
En su oportunidad, la licenciada Joachin narró que su gusto por el vino y la viticultura comenzó cuando asistió a una cata con motivos laborales. Asimismo, admitió que una de sus partes favoritas es compartirlo y que, en efecto, ha hecho amigos gracias a él, “vamos a conocer restaurantes, asistimos a degustaciones, aprendemos sobre su producción y admiramos la arquitectura de cada viñedo”, relató con entusiasmo.
En la participación del público, una estudiante de Ingeniería Agrícola compartió una anécdota, en la cual recordó que durante una cata la mayoría de los asistentes sintieron un disgusto por la acidez de esta bebida, por lo cual los ponentes recomendaron iniciar probando vinos jóvenes, como el blanco o rosado. Finalmente, coincidieron en que el mejor es cualquiera que se comparte con una buena compañía y plática.
Martha Guadalupe Díaz López