Son ya 50 años desde que la FES Cuautitlán abrió sus puertas y se convirtió en la primera unidad multidisciplinaria instalada fuera de Ciudad Universitaria, la cual fue inaugurada el 22 de abril de 1974, por el entonces rector Guillermo Soberón Acevedo, quien en compañía del doctor Jesús Guzmán García, primer director de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Cuautitlán, lideró este ambicioso proyecto que partió de la idea visionaria del doctor Pablo González Casanova.
Con motivo de celebrar este momento histórico, en la FES Acatlán se llevó a cabo una emisión más del programa Ciencia, conciencia y café, ésta vez con la charla “Que 50 años no es nada…”, conducida por el doctor Rafael Fernández Flores. Los invitados fueron la doctora Bertha Rodríguez Sámano, secretaria General de las AAPAUNAM y fundadora de la ENEP-C; el doctor David Quintanar Guerrero, director de la FES Cuautitlán y ex alumno de esta Facultad, y el maestro Adalberto López López, académico de la FES Acatlán.
En la comodidad de estar entre amigos, los panelistas conversaron sobre su experiencia al llegar a la ENEP y la difícil tarea de consolidar la ahora FES Cuautitlán. El doctor Fernández comentó que fueron los doctores Soberón y Javier Jiménez Espriú, quienes a bordo de un helicóptero, buscaron los terrenos para construir las ENEP y que el municipio de Cuautitlán Izcalli fue el elegido para albergar la primera entidad universitaria descentralizada.
A propósito de esta idea, el doctor Quintanar recordó que dicha zona era un área totalmente despoblada y que la concepción original del doctor Pablo Casanova fue la de construir una Ciudad Universitaria en el Norte. Mientras que la doctora Rodríguez expresó que la ENEP-C, desde su inicio, enfrentó retos como la dificultad para llegar a ella, la falta de agua y las instalaciones inacabadas, así como condiciones ambientales adversas. Aunque una de las más arduas fue la falta de identidad, “despertar entre nuestros alumnos que la ENEP Cuautitlán era UNAM y no una universidad rural”, apuntó.
Recordó también con nostalgia “llegábamos con alumnos y con trabajadores, en la cajuela, en los asientos, en el techo y en el cofre; sin embargo, estos retos forjaron nuestro carácter resiliente y nos permitieron conformar una gran familia”.
El maestro López, que inició su carrera docente trabajando en el Campo Tres de la ENEP Cuautitlán, en el área de Ingeniería, abundó en hablar sobre las complejidades, pues relató que no tenían puertas y que los alumnos tardaban en llegar, mojados y llenos de lodo.
Por otro lado, la académica fundadora, evocó un comentario de la química María Luisa Arias, quien fue docente en la primera multidisciplinaria. “Ella decía que la FES Cuautitlán era como el reducto de Asterix, es decir, un hoyo negro en el que cualquier esfuerzo se les iba, pero parafraseando a Miguel de Unamuno expresó “lo que natura non da, Cuautitlán no lo provee”.
El director Quintanar destacó que ahora las FES, en conjunto, conforman más del 40% de la matrícula de la UNAM y que han construido una estructura y liderazgo independiente de CU.
El doctor Rafael Fernández añadió que para llegar a dicha consolidación fue fundamental el traslado de los grupos de investigación y la conformación del Posgrado en Microbiología, por parte del doctor Carlos Pijoan Aguadé. Finalmente, la secretaria General de las AAPAUNAM refirió que la FES Cuautitlán ha logrado la misión con largueza, cumpliendo con lo que dice la legislación universitaria, “mexicanos útiles a la sociedad, porque a eso se han dedicado y se seguirán dedicando”, culminó.
Areli Jazmín Cid Hernández