Pellets a base de chía, una alternativa sostenible y nutritiva para los conejos

Ante la presencia del calentamiento global, la escasez de agua, la degradación del suelo y las prácticas poco sostenibles en la producción, el cultivo de forrajes presenta desafíos significativos que conlleva la búsqueda de nuevas alternativas que optimicen los recursos. 

Un ejemplo podría ser el uso de la alfalfa (Medicago sativa),  ya que es una opción rica en nutrientes y utilizada como forraje, siendo comúnmente parte de la elaboración de pellets destinados al consumo animal; sin embargo, esta planta requiere de un tratamiento hídrico de hasta un 125 % de su peso. 

En este contexto, la FES Cuautitlán alberga una investigación multidisciplinaria muy importante,  ya que en ella colaboran el doctor José Luis Sánchez Millán, ingeniero agrícola; la doctora Elsa Gutiérrez Cortez, ingeniera en alimentos, y la maestra Elisa Gutiérrez Hernández,  médica veterinaria zootecnista. 

En su propuesta, los especialistas utilizan el heno de chía como forraje, para desarrollar un trabajo con el apoyo del Centro de Enseñanza Agropecuaria (CEA) a través de la cual proponen la elaboración de un producto hecho a base de cultivos más resistentes, con un alto valor nutricional y que además establezca un bajo costo en su producción: los pellets de chía.

La chía en la producción de pellets

Superando las limitaciones actuales, la chía ofrece diversas ventajas en su uso para la fabricación de pellets, desde el cultivo hasta la obtención de este alimento comprimido enriquecido con vitaminas y nutrientes, el cual es fabricado en aproximadamente 100 días.

A diferencia de la alfalfa, su cultivo puede ser en condiciones de temporal, con un requerimiento hídrico cinco veces menor, entre 300 y 400 mililitros de lluvia y que alcanza a llegar a la etapa de heno en 72 días. 

Se considera que la alfalfa produce al año en valles altos, aproximadamente 20 toneladas de materia seca por hectárea. Aunque, si se llegan a 20 toneladas de materia seca de chía, libre de heladas al año, sería otra razón para considerar esta semilla.

La chía contiene el mismo nivel de proteína que la alfalfa y a diferencia de ésta destaca por contener ácidos grasos poliinsaturados, que son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo. Bajo esta premisa, el doctor Sánchez Millán apostó por las bondades de dicho superalimento, como una alternativa capaz de cubrir las necesidades de alimento forrajero para los conejos. 

En consecuencia, la doctora Elsa Gutiérrez trabajó en el diseño del pellet, perfeccionando y adaptando la técnica a las características de la planta de chía, para lo cual, antes de iniciar con el proceso de fabricación, obtuvo una granulometría del pellet comercial, a fin de obtener el tamaño, textura, porosidad, densidad y palatabilidad ideal a las necesidades y costumbres del animal.

Proceso de producción

  • Se inicia con pruebas de germinación en el laboratorio antes de su siembra, para posteriormente establecer las semillas en el campo con una densidad óptima y así obtener los mejores resultados.
  • Una vez pasado el tiempo, se cosecha y se pone a secar el heno, dándole vueltas en el campo.
  • El heno se procesa en un molino para enseguida ser mezclado en una batidora con agua, maíz molido, minerales, melaza y otras sustancias ricas en nutrientes.
  • Finalmente, se realiza la peletización.

Cabe destacar que este proyecto también ha sido pionero al monitorear el riego de los cultivos de chía dentro de la multidisciplinaria, el cual se realizó para conocer la cantidad de agua que se ingresaba, la velocidad de avance, el tiempo de salida, la infiltración y la capacidad de retención. Esto con el objetivo de compararlo con los requerimientos de la alfalfa y, sobre todo, para aprovechar de manera óptima el recurso hídrico en las temporadas de sequía.

El trabajo en el Módulo de Cunicultura 

Con relación a la producción de conejos, la maestra Elisa Gutiérrez explicó que  los animales no son alimentados con forraje ni comida fresca para evitar problemas sanitarios, ya que estos podrían contener parásitos y suciedad. Por lo cual, en el Módulo de Cunicultura de la FES Cuautitlán, del cual es responsable, optan por los pellets. 

Entre sus objetivos, los investigadores pretenden que los conejos crezcan rápidamente con el alimento elaborado por ellos y que tengan una ganancia de peso igual o superior a la que tienen con el comercial, y que sus requerimientos sean cubiertos con la dieta a base de la chía, estimándose que toda la engorda sea de tres kilogramos de alimento por cada kilogramo de carne. En promedio, cada uno consumirá seis kilos de pellets. 

Como parte de los ensayos, se emplearán 32 ejemplares de la raza Nueva Zelanda que, por ser una raza cárnica estandarizada, ofrecerán resultados más consistentes en las pruebas.  

Considerando que la engorda de los conejos dura 70 días, de los cuales los primeros 35 días al ser lactante su alimentación es a base de leche, será en el momento del destete (al cumplir los 35 días de edad), y durante el periodo de engorda (35 días), que se les proporcionará la dieta y consumirán pellets durante un período de 35 días. En esta etapa se medirán, saldrán al abasto y posteriormente se harán otras mediciones en las canales, esperando que al cumplir con la edad señalada (70 días) el peso del animal sea superior a 1.800 kg – 2.200 kg.

Con resultados favorables, el módulo de cunicultura buscará contar con una alternativa al concentrado comercial, con el objetivo de disminuir costos económicos y mejorar la calidad de producción, pues se pretende que los ácidos grasos poliinsaturados se transfieran a la carne (en el caso de los conejos). Para conocer si los compuestos orgánicos se han adquirido en el animal, se realizará una cromatografía de gases masas en el Instituto de Química de la UNAM. 

En un futuro, el doctor Sánchez y la doctora Gutiérrez planean integrar la chía forrajera para alimentar a cabras y vacas, a fin de que los nutrientes (ácidos grasos, fibra, antioxidantes, calcio y proteínas) se transmitan a la leche y, a su vez, durante el consumo humano.  

Sustitución del pellet comercial 

El cultivo de chía es una alternativa que puede dar oportunidad de proporcionar alimentos más sustentables que involucren la optimización de procesos y  recursos. En este caso, los pellets se fabrican en la Facultad y son entre un 40 y un 60 % más baratos que los comerciales. Asimismo, contienen ácidos grasos poliinsaturados, un plus que los destacaría en el mercado. 

Con este trabajo, los investigadores han optado por crear una economía circular dentro de la FES Cuautitlán, ofreciendo más opciones forrajeras, con el apoyo del sistema INNOVA UNAM, para que más cunicultores y productores conurbados tengan acceso al producto.

De acuerdo con los resultados, los universitarios prevén que el proyecto se lleve a una siguiente etapa, en la que el producto se utilice para alimentar cabras, con el fin de mejorar su producción lechera.

Frida Alondra Guzmán Ortiz

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