Bajo la supervisión del ingeniero Víctor Cuevas Rodríguez, académico de la Facultad, Jesús Méndez Rodríguez y Juan Pablo González Hernández, alumnos de noveno semestre de la carrera de Ingeniería Mecánica Eléctrica (IME), trabajaron durante nueve meses en la construcción de un módulo de laboratorio transformador trifásico 1KVA 200/22.5 V. Estos dispositivos eléctricos se utilizan para reducir el voltaje de la energía eléctrica que generan las centrales, lo que la hace adecuada para su uso en hogares y negocios, como parte de su proyecto de servicio social.
Lo anterior se debe a que la Facultad no contaba con el equipo necesario para realizar prácticas, las cuales son fundamentales para fortalecer la formación profesional de la comunidad académica. Ante esta necesidad, el ingeniero Cuevas propuso a sus alumnos trabajar en la construcción de este dispositivo, con el fin de enriquecer los recursos didácticos de la carrera de IME y de los estudiantes que cursan la asignatura de “Máquinas Eléctricas”.
Este proyecto permitió a Jesús y Juan Pablo aplicar todos los conocimientos adquiridos a lo largo de su carrera y convertirse en los protagonistas de su propio aprendizaje.
De acuerdo con el ingeniero Cuevas, ejercicios como éste contribuyen a que los jóvenes pongan en práctica los principios teóricos que cursan durante la licenciatura y que deberán aplicar en situaciones de la vida profesional: conocer la parte normativa, cometer errores, desarrollar habilidades críticas y confiar en sus capacidades.
Por su parte, el maestro Arturo Ávila Vázquez, jefe de la Sección Eléctrica, resaltó que, durante la fabricación de este módulo, los universitarios trabajaron en equipo, interactuando para conseguir un objetivo en común, al mismo tiempo que se actualizaron, manteniéndose vigentes y congruentes con las exigencias de la industria.
“Es importante tener presente el mérito de este trabajo al que se le puede extraer mucho beneficio, pues ahora contamos con un equipo cuyo valor en el mercado es de 100 mil pesos, aproximadamente. Gracias al esfuerzo, inquietud, ingenio y disponibilidad de nuestros estudiantes, nuestro LIME se considera un espacio sostenible, ya que, si no tenemos los recursos, buscamos los medios para crearlos”, agregó.
Por su parte, Jesús y Juan Pablo agradecieron el apoyo de todos los profesores que se involucraron en este desarrollo, resolviendo dudas y facilitándoles las herramientas necesarias para su construcción. Ahora, el siguiente paso es compartir con sus compañeros del área las siete prácticas que diseñaron para implementar el equipo en clases. A través de esta tarea, buscan postularse como candidatos a titulación, mediante la opción de “Apoyo a la docencia”.
Finalmente, el ingeniero Cuevas y el maestro Ávila exhortaron a los universitarios que tengan la inquietud o el interés de realizar nuevos recursos didácticos a acercarse a cualquier integrante del área, pues seguramente encontrarán la forma de materializarlo.
María Dolores Elizondo Alvarado