A través de la Cátedra de Investigación, Innovación Agroindustrial: Eficiencia en la utilización de recursos y sustentabilidad frente al cambio climático, se convocó a la comunidad universitaria al evento “El Cempoalxochitl su uso industrial y alimentario en México: Historia, presente y perspectivas”.
La primer conferencia fue “Uso industrial de Cempoalxochitl”, presidida por el doctor José Luis Sánchez Millán, académico de la FES Cuautitlán, quien detalló que México es el centro mundial del origen de esta especie, que es la mejor fuente a nivel mundial de carotenoides, específicamente Luteína y Zeaxantina.
De acuerdo con el doctor Sánchez, estos pigmentos orgánicos se obtienen de las inflorescencias deshidratadas y molidas del cempoalxochitl. Los carotenoides son importantes porque pigmentan la piel del pollo y la yema del huevo, que en nuestro país son alimentos fundamentales para la dieta por su versatilidad y bajo precio.
“Anteriormente, se pensaba que la función principal de estos colorantes era solamente lo estético, pero se descubrió que son excelentes antioxidantes, beneficiosos para la visión y preventivos de ciertos tipos de cáncer”, añadió el experto.
Luego en “Aplicaciones del cempoalxochitl en la industria alimentaria” impartida por la doctora Elsa Gutiérrez Cortez, docente de esta institución, se mencionó que esta flor rara vez se aprovecha de manera integral, limitándose principalmente a su uso ornamental en las ofrendas. Por esa razón, la panelista sugirió su consumo como un alimento del que se pueden obtener todos los beneficios de los carotenoides, para esto, debe someterse a tratamientos químicos específicos, pues de no hacerlo su ingesta sólo proporcionará fibra.
En su afán por implementar metodologías sencillas y accesibles para todos, que otorguen un valor agregado a esta flor, sugirió un proceso de nixtamalización suave con hidróxido de calcio, el cual permite la conservación del carotenoide. Este proceso se realiza aplicando una temperatura máxima de 57 grados Celsius y utilizando totomoxtle para proteger sus pétalos.
Después, los doctores Sánchez Millán y Alejandro Heredia Barbero investigador en el Instituto de Ciencias Nucleares De la UNAM, presentaron “Avances en la utilización de los rayos gamma en el fitomejoramiento enfocado a la industria de los carotenoides”.
En su intervención, afirmaron que el fitomejoramiento está relacionado con mutaciones que favorecen la seguridad alimentaria y la nutrición de las poblaciones en expansión. Por eso propusieron los rayos gamma como fuente de mutágenos, debido a su mayor precisión y capacidad de producción. El objetivo de su proyecto es obtener plantas de talla baja, con una altura no mayor a 70 centímetros, para facilitar su cosecha mecanizada, reducir los costos de producción y mejorar la competitividad en este campo.
El encuentro tuvo lugar en el auditorio de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria (UIM), donde, al concluir las conferencias, se realizó una degustación de alimentos elaborados a base de flor de cempoalxochitl.
Oda al proceso industrial del cempoalxochitl
José Luis Sánchez Millán
En el vasto lienzo de la tierra, el cempoalxochitl florece,
su producción industrial danza en un compás distinto,
bajo túneles de malla que abrazan su fragilidad,
mientras el agua, cual susurro divino,
se desliza por goteos y micro-aspersores.
Las plántulas, vigorosas y sanas
nacen libres de sombras, de plagas y patógenos,
y al llegar el momento, se siembran en la tierra,
donde la máquina se convierte en aliada,
y la nutrición se equilibra como un poema.
En los campos dorados, el cultivo se establece,
buscando el balance perfecto entre biomasa y color,
pues los carotenoides son joyas ocultas,
que brillan en las inflorescencias del sol.
La cosecha, un arte que antaño fue manual,
ahora anhela la tecnología que abraza el futuro.
Con lluvias generosas que acarician la tierra,
se pueden cosechar dos veces en un ciclo anual.
Es crucial descubrir el instante sublime,
cuando los carotenoides alcanzan su esplendor,
transformando el pigmento en un tesoro para el mercado.
Las flores recolectadas se secan y muelen,
dando vida a harinas que cuentan historias.
De ellas surgen los carotenoides,
extraídos con delicadeza de disolventes y gases sutiles,
creando oleorresinas que guardan su esencia.
En tambos de 200 litros se encierra su magia,
protegida por una resina que evita su oxidación.
Así, el cempoalxochitl no solo es flor;
es un legado de color y vida, un canto a la tierra.
María Dolores Elizondo Alvarado