¡Alexa, un aplauso para el Taller de teatro que acercó las tradiciones a la comunidad universitaria!
“Los pastores IA 2024” fue la pastorela que, bajo la coordinación de la doctora Magdalena Copca Santana, presentó el Taller de Teatro “Antonio González Caballero” y así despedir el 2024. Con esta actividad se conmemoraron las fiestas decembrinas, valiéndose del humor y la sátira.
La obra comenzó con la aparición en escena del Arcángel San Miguel, quien atendiendo a la modernidad, portó tablet en mano para verificar su agenda antes de dirigirse a los pastores y anunciarles el próximo nacimiento del niño Dios.
Con un acento «fresa», les dijo: “ustedes pastorcitos, cansados del mundo y hartísimos de la vanidad, vayan hacia el niño y olvídense de la soledad. Caminen sobre la vereda del amor para que esta los conduzca al pesebre triunfador”. Esas palabras resonaron en sus oídos y aunque dudosos emprendieron el viaje.
Poco habían avanzado los andantes a Belén cuando tuvieron su primer encuentro con los diablillos enviados por Lucifer, quienes les hicieron una trastada para aumentar su interés por las redes sociales y con esto despertar en ellos las siete pasiones del alma, mejor conocidas como los pecados capitales.
El camino estuvo lleno de situaciones chuscas que pusieron a prueba la fe de los pastores, quienes tuvieron que enfrentarse a sus más grandes miedos, lidiar con el impacto de la tecnología y hacerle frente a la soberbia, avaricia, lujuria, gula, ira, envidia y pereza. Estas escenas enviaron al público mensajes importantes de reflexión sobre el bien y el mal, la generosidad y la importancia de la unión familiar.
Luego de un enfrentamiento entre ángeles y demonios, en el que hubo golpes e incluso un combate pokémon, el bien triunfó sobre el mal.
Frecuentemente, las pastorelas abordan situaciones que hacen alusión a problemas actuales. En esta ocasión, los actores centraron su atención en el uso de la tecnología y algunas de las influencias de las redes sociales, las cuales pueden ser perjudiciales al fomentar la comparación constante y limitar la interacción personal.
María Dolores Elizondo Alvarado