El arte tiene el poder de transformar vidas, de evocar recuerdos y, en esta ocasión, de generar lazos intergeneracionales. Esto quedó demostrado en la exhibición “Manos que inspiran”, que formó parte de un evento organizado en la Concha Acústica de Cuautitlán Izcalli.
Esta muestra fue el resultado del programa de Servicio Social “La disciplina del diseño en favor del desarrollo social”, el cual combina el compromiso social con la formación integral de los estudiantes, a través de fomentar expresiones artísticas.
Esta iniciativa trabajó durante cuatro meses con clubes y casas de día incorporados al Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la periferia del municipio ya antes mencionado. Los trabajos presentados incluyeron acuarelas, pinturas con óleos, scratch, palos de lluvia, entre otros.
Con la participación de más de 65 adultos mayores, cuya edades oscilan entre los 60 y los 80 años, provenientes de las estancias “Almas Intrépidas”, “Casita de Ilusiones», “Nuevo Amanecer” y “Corazones Unidos”, la exhibición se convirtió en un espacio para reflejar emociones y vivencias a través del arte.
Bajo la guía de la maestra Aurora Muñoz Bonilla, académica de la Facultad, y con la participación de Frida Vanessa Martínez Vázquez, alumna de Diseño y Comunicación Visual (DCV), se llevaron a cabo talleres de introducción a las artes plásticas. Estas actividades brindaron un acercamiento a diversas técnicas apegadas a la creación de manualidades.
En entrevista, la profesora Muñoz comentó que para muchos de sus alumnos, el contacto con los talleres fue una experiencia completamente nueva que les permitió evocar a su infancia y conectar con aspectos de sí mismos que nunca antes habían explorado.
Asimismo, la alumna Martínez compartió su experiencia, resaltando la importancia de acercarse con adultos mayores, pues aunque en un inicio platicó que tenía dudas sobre el impacto que podría tener la brecha generacional, para ella fue una grata experiencia, profundamente formativa que le permitió aprender de ellos, de sus historias y su perspectiva de la vida.
Por su parte, algunos de los adultos mayores manifestaron con entusiasmo lo significativo que resultó para ellos participar en los talleres, señalando el valor de recibir visitas de otras instituciones que los impulsan a desarrollar otras habilidades. Por eso mostraron gran emoción y orgullo al ver sus trabajos exhibidos.
Se prevé que este proyecto continúe en los próximos semestres, buscando ampliar su alcance e impacto, participando en otros clubes y casas de día, a fin de promover el arte y el valor de los aprendizajes que surgen de la convivencia.
Frida Alondra Guzmán Ortiz