El Auditorio de MVZ dio espacio al conversatorio Sistemas de cuidado para la mujer. La importancia del autocuidado y educación menstrual, el cual abordó temas esenciales que forman parte del bienestar femenino, así como los desafíos que enfrentan dichos sistemas en la actualidad.
En el preámbulo, la doctora Saira Genoveva Galindo Castro, académica adscrita al Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad, ofreció una reflexión de la cultura de los cuidados, enfocándose en el cuidado integral que abarca los aspectos físico, emocional, interno y social desde una perspectiva de género. Asimismo, agregó que dichos sistemas presentan irregularidades en términos de financiamiento, sostenibilidad, acceso, equidad y profesionalismo.
Un punto sustancial de su participación fue la necesidad de dar a entender la falta de equidad en las prácticas culturales y su impacto negativo en las mujeres, proponiendo generar un marco que fomente el autoconocimiento y el manejo de emociones en contextos sociales determinados, desde la interseccionalidad.
En “Autocuidado y educación menstrual para la salud mental”, la maestra Diana Freyre Ochoa, profesora de la Facultad, profundizó en la interconexión de dichos aspectos, subrayando la importancia de fortalecer las relaciones interpersonales y crear espacios seguros que promuevan la conversación y educación.
Añadió, que erradicar los estigmas sobre la salud femenina y normalizar actitudes que los rechacen, es una responsabilidad social compartida, cuyo impacto positivo se refleja en la salud emocional de las mujeres. Este esfuerzo es esencialmente
significativo cuando los hombres adquieren conocimiento, comprenden los aspectos básicos del ciclo menstrual y contribuyen activamente.
En su participación, la antropóloga María Fernanda Jiménez Vázquez, educadora menstrual, abordó en “La educación menstrual como herramienta de autocuidado, autoconocimiento y autonomía corporal”, los factores que influyen en la educación menstrual, como los estigmas y la desinformación. Subrayó que es crucial entender el ciclo menstrual no solo como un proceso biológico, sino también cultural, atravesado por estructuras de poder.
Finalmente, la educadora brindó recomendaciones para vivir ciclos menstruales más saludables, a partir de un aspecto individual, con la implementación de hábitos saludables como una alimentación balanceada, actividad física, gestión del estrés y un ciclo de sueño saludable. En el aspecto social, destacó el acceso al sector de salud, a la información de espacios seguros y a productos de gestión menstrual más amigables con el cuerpo.
Frida Alondra Guzmán Ortiz