Con el objetivo de inspirar a las nuevas generaciones a incursionar en el estudio de las disciplinas que pertenecen al STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), la Secretaría de Posgrado e Investigación de la FES Cuautitlán llevó a cabo una transmisión remota, bajo el tema “Mujeres en la ciencia: rompiendo barreras, creando oportunidades”, en la cual se discutieron las experiencias de científicas.
La sesión inició con la participación de la doctora Andrea Marisa Liceaga Gesualdo, profesora e investigadora de la Universidad Purdue, quien compartió su trayectoria y los retos que ha enfrentado académica y profesionalmente, desde hace 30 años fuera del país.
Relató que, a pesar de haber estudiado en un colegio de monjas, donde recibió una formación básica con poco enfoque científico, logró superar las expectativas y alcanzar sus objetivos. Tras graduarse de Ingeniería Bioquímica en Procesado de Alimentos en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), continuó su educación en la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver.
Ahí, impartió clases a un grupo de 300 alumnos en sus primeros años, lo que representó un gran desafío, pero también una oportunidad para demostrar su capacidad y dedicación. Esto, la obligó a enfrentar las barreras culturales y del idioma, así como recibir críticas y comentarios desalentadores, los cuales también le dieron la fortaleza para consolidarse en su campo.
“Tenemos que ser más frontales, perseverantes y un poco más agresivas frente a los comentarios negativos”, agregó.
Para continuar con la sesión, la doctora Teresa de Jesús García Gasca, académica de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), aludió al cierre de brechas de género, en las áreas STEM, destacando el camino que han forjado muchas pioneras en estos campos, así como la responsabilidad de generar oportunidades para niñas y jóvenes interesadas en estas disciplinas.
Entre los factores que contribuyen a esta disparidad, mencionó fenómenos como el “piso pegajoso”, que las sitúa en bajos puestos jerárquicos, a causa del reforzamiento de los estereotipos y la segregación laboral. Mientras que “el techo de cristal” dificulta su crecimiento profesional, por las normas informales al interior de las organizaciones.
Por otra parte, habló del “Efecto Matilda”, un fenómeno histórico que ha invisibilizado los logros de las mujeres científicas a lo largo del tiempo, como el caso de la astrónoma Cecilia Payne y la química Rosalind Franklin, cuyos aportes fueron atribuidos a colegas hombres.
Finalmente, la doctora García presentó los avances de su proyecto de política educativa para transversalizar y cerrar brechas desde su área, con antecedentes en la Unidad de Atención a Violencia de Género (UAVIG) en la UAQ.
Frida Alondra Guzmán Ortiz