La administración del conocimiento en la universidad y su impacto en la industria

Desde hace décadas, la industria ha buscado la manera de transformar sus modos operativos de manera significativa, a fin de que impacten en la innovación, reducción de riesgos, eficiencia y en la toma de decisiones, a través del desarrollo de metodologías ágiles. Sin embargo, estos conjuntos de técnicas aplicadas se han extendido a otros entornos sociales que requieren de una gestión flexible, colaborativa y enfocada en el cumplimiento de tareas centradas en resultados.

En la FES Cuautitlán, la doctora María Guadalupe Calderón Martínez, académica y secretaria General, ha investigado y enseñado estas metodologías para comprender y concretar soluciones en ámbitos o proyectos específicos, con la intención de que generen beneficios para la comunidad estudiantil y la sociedad. Como parte de sus líneas de investigación, se ha enfocado en la administración del conocimiento (Knowledge Management), un proceso que identifica, transforma, organiza y difunde saberes. 

Este sistema, que en términos históricos lleva varios años consolidándose en el ámbito académico, originalmente surgió en la industria y la práctica empresarial, particularmente en Japón, en áreas de ensamble automotriz. A partir de componentes organizacionales, la clave de esta disciplina es entender cómo las instituciones generan conocimiento desde sus componentes estructurales y agentes humanos.

Para comprender este modelo, la doctora Calderón explica la distinción fundamental entre conocimiento tácito y explicito, el primero es aquel que reside en las personas, difícil de formalizar o transferir, siempre vinculado a la experiencia, creencias y contexto personal. Por otra parte, el explícito es aquel que documenta (de manera verbal, escrita o por otros medios), sistematiza (produce manuales, bases de datos, libros, etcétera) y puede ser compartido fácilmente.

Conforme al esquema de “Espiral del Conocimiento”, también conocido como el modelo SECI, desarrollado por Ikujiro Nonaka y Hirotaka Takeuchi en 1955, se explica cómo el conocimiento es generado, compartido y aprovechado dentro de las organizaciones, a través de cuatro etapas:

  • Socialización

El conocimiento tácito se comparte por medio de la comunicación, la interacción, compartir experiencias y la participación grupal. 

  • Externalización

La conversión del conocimiento tácito a explícito ocurre a través de procedimientos formales como en el desarrollo de modelos, manuales o patentes, describiendo conceptos y construyendo narrativas.

  • Combinación 

Una vez que el conocimiento es explícito puede ser combinado, implicando la integración de conocimientos existentes con nuevos, fomentando la reflexión y creación.

  • Internalización

En esta etapa el individuo entiende el conocimiento explícito y se vuelve parte de su comportamiento normal, construyendo su habilidad para desarrollar nuevo conocimiento, el cual vuelve al principio de socialización.

Fuente: Praxis Framework

De acuerdo con la investigadora, uno de los principales retos en estos procesos es la cultura organizacional, ya que se debe centrar el conocimiento como un activo estratégico, una parte directiva que valorice y entienda cómo se genera la información, ya que se requiere de interpretación y usos que puedan tener un impacto. Un ejemplo, es tener libros en idiomas desconocidos que no aportan valor si no se puede comprender el contenido.

Otro reto es la capacidad de absorción de la organización, es decir, la habilidad para procesar e incorporar nueva información. De acuerdo con su explicación, en la industria automotriz, las grandes empresas actúan como un ancla que tiene la posibilidad de generar derramas de saberes a la industria local. No obstante, muchas cadenas no llegan a funcionar por falta de preparación tecnológica y humana en las pequeñas empresas.

Por otra parte, cuando estas interacciones funcionan se pueden generar clústeres industriales que beneficien a la región al atraer talentos, desarrollar capacidades locales e incentivar la empleabilidad. Un ejemplo emblemático es Silicon Valley, donde convergen industria, gobierno y universidades, en una relación denominada modelo de innovación Triple Hélice, en el que se fomenta el crecimiento y desarrollo económico. 

Integrando el enfoque en la docencia y la investigación

Desde la asignatura de “Desarrollo de Emprendedores”, impartida en diversas carreras de la Facultad, la doctora Calderón ha incluido metodologías ágiles que derivan en procesos de innovación, para que estudiantes puedan crear productos o servicios rápidamente, orientados al cliente y con mayor potencial competitivo, enfatizando en los intangibles como una fuente de diferenciación, frente a los tangibles que son fácilmente replicable.

En el área de la investigación, uno de los proyectos que se elaboraron a nivel maestría, estuvo a cargo de un estudiante de Ingeniería en Alimentos, cuyo objetivo fue comercializar un embutido con propiedades de alimento funcional. El universitario aplicó la metodología Design Thinking para el diseño del producto, combinando aspectos técnicos con la experiencia y demanda del consumidor.

Por otro lado, su línea de investigación se ha enfocado en cómo los académicos universitarios traducen sus descubrimientos en aplicaciones prácticas, ya sea en patentes, soluciones sociales o mejoras industriales, destacando que el papel de dichos descubrimientos no implica necesariamente un fin económico, sino una responsabilidad social. 

Esta línea pretende expandirse para analizar cómo los estudiantes perciben y se apropian del conocimiento, generado en las aulas en términos de habilidades tácitas y competencias adquiridas a través de su convivencia con los docentes, no solo a nivel técnico o explícito. 

Señaló que, si bien se reconoce el papel crucial que juegan los vínculos informales como las relaciones de amistad o la afinidad personal en el desarrollo de proyectos y colaboraciones dentro de la universidad, se debe enfatizar en el establecimiento de estructuras normativas e institucionales que permitan que sistemas organizacionales perduren.

Frida Alondra Guzmán Ortiz

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