En escena: la pesadilla de toda mujer

Xiadani Itchel Gómez Rodríguez

Victor Manuel Reyes Flores

 

Un video de mujeres alzando la voz en contra de la violencia, una tras otra expresando su inconformidad por la situación que las envuelve: la constante agresión a su género. Así comenzó la obra Las pesadillas de Helena, una adaptación de algunos textos de la dramaturga mexicana Elena Garro y de otras obras que tuvo por fin evidenciar la situación que enfrenta la mujer en la sociedad de nuestro país.

La representación fue realizada por el grupo teatral de la FES Cuautitlán en el Teatro “Juan Ruiz de Alarcón” del Centro Cultural Universitario y la Sala “Julián Carillo” de Radio UNAM. Además, posterior a su estreno, se presentó en el Auditorio de Extensión Universitaria de la Facultad, donde fue recibida con evidente aceptación por los que la apreciaron.

La puesta en escena del representativo “Antonio González Caballero”  exploró un argumento en contra de la violencia a la que se expone la mujer en la actualidad. Con la historia de varias mujeres que sufren agresiones, ante la vista de todos se narraron situaciones que, aunque no siempre se conocen, ocurren día con día.

Múltiples planos dispuestos en escenario y un mensaje sobre la sensación de inseguridad de cada integrante, que inició con el de la maestra Magdalena Copca Santana, directora del grupo teatral, fueron el preámbulo que dio paso a las historias sobre las problemáticas que enfrentan diariamente las mujeres, como la trata, violencia familiar, machismo y discriminación.

Uno de los relatos que presentó un escenario de mayor conflicto fue en el que una sirvienta, al recibir un incesante maltrato, termina por asesinar a quien le dio alojo y comida. De esta forma no solo se trató a la violencia como aquélla que se dirige a la mujer, sino como una enfermedad que se esparce y no distingue condición.

Otra escena que causó arrebato en el público se dio cuando dos actores arrastraron un cuerpo envuelto en una bolsa; era una mujer, simbolismo de todos los asesinatos que se fueron narrando durante la puesta, en los testimonios de cada personaje y la desesperación que hicieron sentir, como aquél casi al final de la representación, en la que se manifestó que la violencia no es cuestión de géneros, sino de falta de valores y sensibilidad humana. “Ni una más” fue el grito que cerró las actuaciones y su deseo por una sociedad mejor para ellas.

Al finalizar su presentación, el número alcanzó una ovación por las mujeres del público, quienes de forma empática, se unieron a la propuesta de la FES Cuautitlán con prolongados aplausos. La obra formó parte de la Red de Teatro Estudiantil Universitario 2018, un proyecto que busca impulsar las artes escénicas mediante diferentes montajes, como La mujer que olía a ganas de vivir, Un pañuelo el mundo es, Más pequeños que el Guggenheim, entre otros.