Trabajan en pro de la salud mental y emocional 

Ocupados de contribuir al bienestar emocional de los universitarios, integrantes del proyecto Metanoia UNAM, conformado por el doctor Ángel Corchado Vargas, jefe de la Unidad de Relaciones Institucionales de la FES Iztacala (FESI) y servidores sociales de la carrera de Psicología, se reunieron con la comunidad de la FES Cuautitlán, para conocer las demandas emocionales a fin de ofrecer acompañamiento para el manejo de las emociones. 

El objetivo de este Foro Comunitario, organizado en conjunto con el Departamento de Orientación Educativa de la Facultad, fue abrir un espacio para que estudiantes y docentes expusieran sus necesidades y dudas con la intención de  que sean abordadas por especialistas a lo largo del siguiente semestre. Para generar un ambiente de confianza, el foro contó con dos bloques separados: el primero estuvo dirigido a los alumnos y el segundo a los académicos.

Para iniciar el doctor Corchado explicó que Metanoia es el nombre del servicio que darán los psicólogos de la FESI, denominado como “Facilitación de Procesos de Transformación y Cambio en Jóvenes Universitarios desde la Perspectiva Existencial y Humanista”. Además, señaló que esta palabra griega significa transformación, con la cual aluden al cambio que  tienen los jóvenes durante la licenciatura. 

En este sentido, el académico indicó que el acompañamiento que darán será a través de conferencias, grupos de escucha, talleres y otras actividades. También enfatizó que no harán trabajo clínico, sino de prevención y fomento a la salud emocional y mental. Para atención personalizada recomendó acudir al Centro de Apoyo y Orientación para Estudiantes (CAOPE) y al grupo de orientación de  la FES Cuautitlán.  

Durante el primer bloque los universitarios solicitaron abordar la implementación de pláticas enfocadas al manejo del estrés, identificación de emociones, trabajo colaborativo, comunicación entre académicos y estudiantes, potencialización de habilidades de socialización y orientación vocacional, entre otros. 

Otro asunto relevante fue la empatía con el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), señalando que este periodo de trabajo a distancia ha suscitado desacuerdos entre la comunidad debido a la falta de recursos tecnológicos y a la inexperiencia en el manejo de éstas. Por dichas razones, los estudiantes consideraron oportuno tener un espacio para establecer acuerdos que faciliten la enseñanza. 

Más tarde, en el turno de los profesores manifestaron sentirse desalentados en sus ejercicios de evaluación, pues explicaron que el mal uso de las redes sociales ha derivado en actos de deshonestidad. Ante esta situación, el doctor Corchado propuso sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la manera en la que se está practicando la ética del aprendizaje, con la finalidad de evitar ese tipo de vicios. 

De igual manera, el especialista propuso a los docentes replantear los métodos de evaluación. Recomendó resignificar  las prácticas educativas, aplicar una evaluación sumativa y no dejar el mayor porcentaje a un examen.

Posteriormente, los docentes preguntaron la manera de ayudar a los estudiantes que han perdido a algún familiar a causa del COVID-19, pues relataron no saber cómo actuar para que los jóvenes expresen y alivien su dolor. Ante esto, el funcionario de la FESI hizo un ejercicio mediante el cual los académicos se percataron de que aquella es una situación cercana, pues el SARS-CoV-2 no hace distinciones y muchos han sido afectados por él.

 Asimismo, habló del COVID-19 como un nuevo estigma social con el que se etiqueta o señala a los portadores.  Por eso, consideró que es necesario trabajar en la sensibilidad para afrontar la pandemia de una forma más empática. “No debemos olvidar que, antes que cualquier otra cosa, somos seres humanos y tenemos necesidades emocionales”, reveló.

Para concluir, el doctor Corchado propuso crear un breve curso de duelo y manejo de pérdidas, para que los profesores se conviertan en primeros respondientes en una crisis emocional y que, aunque no sean psicólogos, sepan cómo ayudar en estos casos. “El objetivo es que los académicos puedan implementar el modelo de guardianes en emergencias psicológicas, con la finalidad de acompañar a la personas en la búsqueda de redes de apoyo y encontrar el espacio para hablar con especialistas”, finalizó. 

Liliana Alvarado Sánchez

Martha Guadalupe Díaz López