Jardín botánico de la FES Cuautitlán, refugio de polinizadores 

Con más de 43 años de existencia, el Jardín Botánico (JB) de la FES Cuautitlán, se sitúa como el segundo más grande de la UNAM y ocupa el sitio 13 en la lista de miembros de la Asociación Mexicana de Jardines Botánicos, (AMJB). Inmerso en uno de los centros industriales más extensos de la zona metropolitana del Valle de México, este espacio representa una posibilidad de supervivencia para los animales silvestres que cruzan por la zona. 

La misión de este lugar es la preservación de especies de plantas que están en peligro de extinción, contribuyendo a su recuperación. Además, es un centro de educación y formación en materia de conservación medioambiental, donde se protege la diversidad de polinizadores, evitando así la pérdida de biodiversidad. 

Al ser el único de su tipo en la zona, sus extensas áreas proporcionan servicios ecosistémicos, entre los cuales destacan la captación y reserva de agua hacia los mantos freáticos, la captura de dióxido de carbono de la atmósfera, así como la conservación del suelo y de áreas para animales silvestres que buscan sobrevivencia.

Actualmente, el JB está a cargo de la doctora Mayte Stefany Jiménez Noriega, quien junto a su equipo de trabajo se dedica a mantener en óptimas condiciones nueve colecciones botánicas: Arboretum, Jardín del desierto, plantas ornamentales, medicinales, acuáticas, forrajeras, nopales y xoconostles, agaves pulqueros y de cactáceas, que corresponden a 98 familias, 298 géneros y 707 especies.  

En un entorno en el que predominan los patios de maniobra de tráileres, fábricas y bodegas, en el JB de la FES Cuautitlán se han observado al menos 30 morfoespecies de polinizadores y visitantes florales, entre los cuales destacan abejas, colibríes, hemípteros, mariposas, moscas, abejorros, polillas, hormigas y avispas, entre otros. 

 

La polinización 

Un polinizador es un agente biótico que traslada el polen de la antera al estigma de la flor, permitiendo que se efectúe la fertilización de los óvulos y la formación de semillas. Estos realizan un servicio crucial que apoya a la diversidad de la mayor parte de las plantas y una parte importante de la agricultura mundial.

Esta interacción es denominada mutualista, pues en ella tanto el animal como la planta se ven beneficiados. Cabe destacar que las plantas pueden ser polinizadas por viento, agua, animales y autopolinización; sin embargo, para muchos cultivos la polinización animal es la base del desarrollo del fruto, pues sólo si se poliniza correctamente se consigue una formación adecuada de la semilla, lo que representa una fruta óptima y una calidad elevada en cuestión de tamaño, forma y vida de anaquel. 

Uno de los objetivos del JB es incrementar el número de plantas nativas de México de familias botánicas, como Asteraceae, Convolvulaceae, Fabaceae, Lamiaceae, Verbenaceae y Rubiaceae, que permitan a los polinizadores     alimentarse para continuar con su camino. 

Entre los beneficios más destacables de la polinización se encuentran el mejoramiento genético de las plantas y la preservación de la diversidad de especies vegetales. Además, para México, los cultivos que dependen de polinizadores producen en promedio el doble de ingresos por hectárea en comparación de aquellos que no dependen de polinizadores. Si este servicio no se realizara, muchas especies y procesos del ecosistema conectados entre sí dejarían de existir. 

 

¿Por qué es importante el JB de la FES Cuautitlán para los polinizadores?

Una de las principales funciones del JB es crear espacios verdes,  especialmente dentro de las grandes urbes, ya que benefician la vida de las especies animales claves para la polinización, favoreciendo así la conservación de la biodiversidad de la capital del país y la producción de alimentos en sus territorios rurales. 

Ante las amenazas que enfrentan los polinizadores a causa de la pérdida de su hábitat, el crecimiento urbano, la deforestación y el uso de pesticidas en la agricultura, estas superficies les brindan alimento, sombra natural que regula la temperatura y peldaños o corredores que pueden ser franjas de flores, setos, pequeños parches de vegetación circundante y estructuras de paisaje en las que pueden anidar.

En este sentido, el maestro Alejandro de la Rosa Tilapa, Técnico académico del JB, aseguró “es importante saber que muchos polinizadores anidan en el suelo, por lo que la creación de montículos de tierra en un paisaje les resulta de mucha utilidad, así como la instalación de plantas con flores en las ventanas, patios y balcones”. 

Otras acciones a favor  del medio ambiente 

Durante todo el año, el equipo a cargo del JB realiza talleres, ciclos de conferencias, pláticas, exposiciones, visitas guiadas y concursos, entre otras actividades, enfocadas a la investigación, divulgación, sensibilización y promoción de la conservación medioambiental, de sus recursos naturales y los servicios que brindan a la comunidad. 

En este espacio la comunidad aprende a hacer huertos en casa, composta seca, manejo terapéutico de plantas, injertos de cactus, terrarios, propagación de plantas por semilla, de plantas carnívoras, orquídeas, herborización de cactáceas, manejo de plantas ornamentales, teñido de fibras naturales con grana cochinilla y cuidado de árboles frutales. 

Por otro lado, los espacios verdes son considerados elementos claves para fortalecer el bienestar de las personas que acuden a ellos, fomentan la reflexión, reducen el estrés y les permiten relajarse.

María Dolores Elizondo Alvarado