Exponen la importancia de emprender desde las necesidades del usuario

Con el propósito de promover entre los universitarios herramientas que favorezcan el emprendedurismo, el Departamento de Incubadora de Empresas de la Facultad gestionó la conferencia “Desing thinking”.

Presidida por el maestro Rogerio Julio Canales Pérez, coordinador de Emprendimiento de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM, la charla versó sobre dicha estrategia de innovación centrada en los humanos, que utiliza elementos del diseño para integrar necesidades personales, demostrando las posibilidades de la tecnología y los requerimientos de un negocio para lograr el éxito.

Asimismo, explicó que el término desing thinking consiste de cinco etapas: empatizar, definir, idear, prototipar y probar, que a su vez se acompañan de la actividad subyacente de comunicar. A partir de esta actividad, se conecta el interior con el exterior, se establecen diferencias entre organizaciones y se explican qué, cómo y por qué, informando no sólo el resultado sino el proceso.

Posteriormente, el especialista desglosó cada una de las fases, dijo que “empatizar” es la identificación intelectual o experiencia indirecta de los sentimientos, pensamiento o actitudes de los demás. Para lo cual es indispensable conocer al usuario, cliente, donante o grupo de atención que se desea aporte a la empresa y que será posible a partir de observar, interactuar, escuchar, conversar y experimentar.

Sobre “definir”, indicó que, después de recolectar toda la información del cliente, se debe identificar el problema y las necesidades de éste, plantear un reto a partir de los aprendizajes de “empatizar” y evitar diseñar todo para todos, pues cada comunidad es distinta. Un punto a destacar en esta etapa es la validación del problema, aseguró el ponente.

Para “idear”, la fase más creativa, se usa el entendimiento del problema y la imaginación, ya que lo importante es generar un gran volumen de ideas y no estrictamente la solución final. Por eso, el ponente estableció algunos principios básicos para lograrlo: ir más allá de lo obvio, estar abiertos a los errores, diferir la evaluación y recurrir a la lluvia de ideas, mapas mentales, dibujos y prototipos burdos.

Después, a la actividad de crear pequeñas pruebas o modelos de lo que se quiere hacer la definió como “prototipar”, una etapa funcional para empezar a construir, responder preguntas sobre el proyecto, favorecer la interacción y promover ideas, comunicación, fracasos y conversaciones. “Es importante no invertir demasiado tiempo o dinero en un solo prototipo”, mencionó el expositor.

Finalmente, ahondó en “el periodo de prueba”, que fomenta la retroalimentación de los usuarios para dar pie a una segunda oportunidad de conocerlos. Aquí se resolverá la pregunta ¿por qué?, a fin de comprender los cambios que se deben hacer, se mostrará sin explicar, serán válidas las comparaciones y se crearán experiencias, concluyó.

María Dolores Elizondo Alvarado

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