Continúa la campaña de reforestación y limpieza

En la escuela se aprenden, expresan y practican disciplinas como las matemáticas, la física, la química, las artes o las actividades deportivas. En casa, no obstante, se enseña a ser limpio, honesto, puntual, correcto y a respetar a nuestros semejantes y entorno, es decir, se nos inculcan valores. Siendo la Universidad Nacional Autónoma de México nuestro segundo hogar, las buenas acciones de cada universitario deben trascender y retribuir a los demás.Con el objetivo de inculcar valores y no únicamente asignaturas, la Secretaría de Atención a la Comunidad, a cargo de la licenciada Imelda Márquez Alvarado, con el apoyo del maestro Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz, director de la FES Cuautitlán, dio continuidad al programa de reforestación que se instituyó hace más de 9 años con el propósito de que alumnos y profesores de diversas carreras se involucren en el cuidado y mantenimiento de su Facultad e interactúen y conozcan en su totalidad a su universidad, que después de Ciudad universitaria es la más grande en cuanto a metros cuadrados e instalaciones se refiere.

El objetivo de la actividad —comentó la licenciada Márquez Alvarado— es lograr que la Universidad también sea generadora de valores, es decir, que los alumnos de la Facultad no sólo sean estudiantes de excelencia, sino transmisores de valores sociales que ayuden a transformar y mejorar la vida de todos aquéllos que los rodean para que tengan la capacidad, presente y futura, de imprimir en todos sus proyectos acciones que incentiven a los demás a crear mejores oportunidades. Con estos mismos fundamentos, con esta misma idea, hace más de 80 años se fundó la UNAM.

En esta ocasión, los alumnos de séptimo semestre de Administración y Contaduría fueron los que voluntariamente se reunieron el sábado por la mañana para realizar distintas actividades, muestra de ello el jardín donde se encuentra ubicado el Temazcal y el área de las canchas deportivas, ambos lugares objeto de un intenso trabajo de poda y limpieza.

De forma organizada, las estudiantes que participaron se dividieron las actividades y las áreas para que en conjunto el trabajo se desarrollara mejor. Con guantes, bolsas y las herramientas necesarias, picos, palas, machetes y podadora, los involucrados pusieron manos a la obra para retribuir un poco de su tiempo a su Facultad. Desbordando el área de árboles, podando el pasto y recogiendo ramas, hojarasca y basura, una tarea aparentemente tediosa y pesada, se tornó en la actividad de convivencia que hizo que el tiempo dedicado a la actividad de limpieza mostrara el espíritu universitario.

Al final el sentir de todos los involucrados fue de satisfacción y de asombro, pues encontraron más basura de la deseada; sin embargo, esto los motiva a procurar mayor cuidado y a pedirle al resto de la comunidad los mismos cuidados para con su Facultad, institución que les brinda una herramienta para tener un mejor futuro a través de la educación.

   Rodrigo Pérez Maldonado

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