Antes de que la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) fuera abandonada, especialistas se han dedicado a estudiar el agua, el suelo, la flora y la fauna del Lago de Texcoco con la finalidad de aprovechar sus recursos naturales para el desarrollo de un espacio recreativo.
Fue en 2007 cuando se presentó un proyecto para la recuperación integral de este cuerpo de agua; sin embargo, este año las autoridades correspondientes han puesto mayor interés en la idea propuesta por el arquitecto Iñaki Echeverría. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la UNAM, particularmente la Facultad de Química, Geografía, Geología y la FES Cuautitlán, son las instituciones que estudian los factores que favorecen el ecosistema localizado al noroeste del Valle de México.
En la conferencia «Química de los suelos del Lago de Texcoco y proyecto ecológico», el doctor Arturo Aguirre Gómez, responsable del Laboratorio de Química Ambiental, Suelo, Agua, Aire y Nutrición vegetal, señaló que este lugar es un importante controlador de agua en época de lluvias. De ser eliminado, habría un mayor número de inundaciones en los municipios aledaños.
En esta charla, que se realizó en el Aula Magna de Campo Uno, el académico de la Facultad indicó que el lago cuenta con una profundidad de más de 800 metros, un pH que oscila entre las 9 y las 12 unidades de alcalinidad y un suelo arcilloso, por lo que es «imposible colocar una estructura que soporte está salinidad sin dañarse y hundirse», aclaró.
Debido a estas características, y con el objetivo de aprovechar los recursos sin dañarlos, se pretende montar un parque ecológico que incluya actividades recreativas, como canotaje y ciclopistas, y el aprovechamiento de las energías solar y eólica. Por su extensión territorial, representaría el más grande de su tipo en el mundo.
Pese a que aún hay amparos que impiden el desarrollo formal del proyecto, la FES Cuautitlán y otras universidades han llevado a cabo diversas investigaciones sobre el tema. De acuerdo con el doctor Aguirre, en cuatro años podrían llevarse a cabo las acciones planteadas: aislar los cuerpos de agua, fomentar la agricultura en las partes más altas del terreno e indagar sobre la flora del sitio.
En la conferencia además se mencionó que, antes de considerar la derrama económica que trae consigo la construcción de inmuebles como el NAICM, deben estudiarse los aspectos negativos de estas acciones, ya que más allá de significar una óptima inversión implican la pérdida de recursos y un severo daño ecológico.
La construcción de este parque tiene una relevancia social, pues promueve la sana convivencia de los individuos y la cultura del cuidado del ambiente. Además, su conservación beneficia a las futuras generaciones de mexicanos.
Liliana Alvarado Sánchez