Desbaratan mitos románticos 

Resultado de la educación, los cuentos románticos, la sociedad, la herencia religiosa y un largo etcétera; mujeres en todo el mundo aún sueñan con un estereotipo de pareja que en la realidad no existe. Para reflexionar al respecto, la FES Cuautitlán, el Pacto de América Latina por la Educación con Calidad Humana (PALECH) y el Grupo de Aprendizaje-Servicio de Equidad de Género presentaron la lectura y el conversatorio “Mujeres que ya no sufren por amor”. 

Esta actividad tuvo como moderadoras a la licenciada Sofía Isayán Morales Reyes, psicóloga de la Universidad de Cuautitlán Izcalli y a la doctora Marianicer Figueroa Agreda, facilitadora del Círculo de Mujeres, quienes dialogaron sobre el texto autoría de Coral Herrera, que propone, en primera instancia, sufrir menos y disfrutar más del amor. Luego, invita a hombres y mujeres a destruir los antiguos roles y los mitos sobre el amor romántico, pues nadie es mártir por naturaleza.

Para ofrecer a las nuevas generaciones alternativas que les permitan desarrollar relaciones basadas en los principios de igualdad, en las que prevalezcan la libertad y la justicia y se eliminen las jerarquías y opresiones, la licenciada Morales destacó algunos aspectos y premisas sociales o culturales sobre las que un individuo construye sus relaciones sexo-afectivas.

Así, la especialista habló del mito del amor incondicional, asegurando que durante años nos han hecho creer que el amor soporta y puede todo; sin embargo, resulta perjudicial volcar tu afecto y felicidad sobre una persona. “Las buenas intenciones, la magia del amor, el carisma, la simpatía o el tiempo no transforman ninguna bestia en príncipe azul, las personas no construyen sus herramientas emocionales drásticamente”, agregó. 

Luego, la doctora Figueroa comentó, “pareciera que el amor desde una estructura capitalista e individualista crea relaciones utilitarias de dependencia en las que las mujeres siempre están por debajo, incluso en muchos casos ellas cuentan con muy pocas habilidades para sustentarse económicamente, lo cual se refleja en su incapacidad para separarse de su pareja”.

Otro aspecto que destacó fue que para el patriarcado existen dos tipos de mujeres: las buenas y las malas. Las primeras son las arquetípicamente vírgenes y madres. Mientras que las segundas son sexoservidoras o brujas. Por eso, afirmó que es esencial reivindicar el derecho de las mujeres a ser como deseen, para lo cual es importante practicar la sororidad y dejar de etiquetar a otras a partir de estereotipos que fomentan el machismo y la misoginia.  

Antes de terminar, reflexionaron sobre la elección de un buen compañero, reconociendo que es primordial conocerse, quererse y cuidarse, ya que el autoconocimiento y la introspección son fundamentales para querer al otro.  Finalmente, explicaron cómo aplicar el feminismo en el proceso de ruptura y establecieron tres ejes fundamentales: no entrar en guerras románticas ni luchas de poder, saber repararse con amor y aplicar este principio (feminismo) al desamor.  

María Dolores Elizondo Alvarado 

 

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