En el siglo XX, México logró una expansión de las salas cinematográficas como muestra de su desarrollo social. Para dialogar al respecto, la FES Cuautitlán y la Facultad de Artes y Diseño (FAD), convocaron al 7º Congreso Internacional de Arte Monumental y Patrimonio “Los cines antiguos y el destino de sus obras murales”.
En la ceremonia inaugural estuvieron presentes diversas autoridades, entre ellas el doctor Adalberto Enrique Santana Hernández, coordinador del Consejo Académico del Área de las Humanidades y de las Artes (CAAHYA), y el maestro Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz, director de la primera multidisciplinaria, quienes en su intervención destacaron la labor de los organizadores y el valor de los cines de la época como espacios de recreación y extensión de la cultura mural.
Más adelante, el doctor Francisco Ulises Plancarte Morales, académico de la FAD, impartió la conferencia “La construcción de la mirada cinematográfica”, que inició con una explicación de este trabajo, que corresponde a una revisión historiográfica de algunos espacios y salas cinematográficas como parte de la vida sociocultural en nuestra ciudad, desde su llegada en 1896 hasta la actualidad, en la que demuestra que la asistencia a estos espacios culturales se ha modificado gradualmente.
De igual forma, expuso que para llevar a cabo este proceso se realizó la búsqueda de imágenes que permitieran conocer cómo eran los cines y cómo fue su evolución en cuanto a su construcción, capacidad y contexto, ya que estos lugares de evasión, diversión y encuentro familiar se tornaron anacrónicos y obsoletos (incluso muchos se destruyeron), debido a la gestión de distintas administraciones públicas y el paso del tiempo.
Otra de las charlas fue “Un hombre latinoamericano, el mural de Octavio Ríos en el Cine Latino”, que ofreció la maestra Margarita Aguilar Urbán, académica de la Universidad Anáhuac, campus Querétaro, quien detalló que esta edificación inaugurada en 1960 en el Paseo de la Reforma fue un sitio emblemático por su arquitectura y por ser el primero de seis recintos en México que utilizaron el procedimiento de proyección llamado Dimensión 150.
Sobre la obra de Ríos, la ponente dijo que en ella se representa a un hombre que sostiene una esfera en la mano izquierda, de la cual se eleva en primer plano la parte continental de Latinoamérica y que en los costados se distinguen raíces de árboles, figuras antropomorfas y vegetales.
Para cerrar la actividad, la doctora María de la Mercedes Sierra Kehoe, académica de ambas Facultades, habló sobre “La recuperación de un mural: El Cine Ermita y “El día y la noche” de Javier Guerrero”. En su charla, comentó que esta obra sobrevivió a los embates del progreso y la desaparición de grandes cines.
Resaltó que durante la restauración que llevó a cabo sintió una gran emoción al pisar nuevamente aquel recinto que formó parte de su infancia y la angustia que vivió al presenciar la meticulosidad con la que centímetro a centímetro se desprendió el mural. Finalmente, explicó cómo se resguardó y trasladó la obra a los talleres del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), dependencia del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
María Dolores Elizondo Alvarado