Pedro Mijangos: la relación de la química analítica con la toxicología forense

El QFB Pedro Mijangos Vargas, egresado de la FES Cuautitlán y perito en criminalística, toxicología y genética forense, dactiloplastía y grafología, impartió la conferencia «Toxicología Forense» a los alumnos de Campo Uno. Durante la plática, habló sobre pruebas presuntivas, confirmatorias, fauna cadavérica y sus procesos de descomposición.

A través del uso de la Química analítica los toxicólogos realizan, principalmente, pruebas presuntivas divididas en coloridas y colorimétricas, así como análisis confirmatorios. El experto hizo énfasis en que,llevarlas a cabo, se solicita a la persona “donar”, la prueba, ya que nadie puede ser obligado a proporcionar pruebas biológicas.

Por un lado, están las pruebas presuntivas que infieren la presencia o ausencia de un indicador en específico. En este tipo de exámenes no existe una coloración cuando es positiva. El presunto positivo se puede conocer con la utilización de distintos reactivos y, para su realización, la observación es fundamental. Además, es necesario asistir acompañado para evitar que manipule o cambie su propia orina.

El QFB mencionó algunos ejemplos, como la prueba de Walker (realizada con reactivo griess) que identifica nitritos provenientes de la pólvora, y la de Harrison, que se realiza con ácido nítrico al 10% y ácido clorhídrico, y detecta la presencia de plomo o antimonio procedentes de la deflagración de pólvora (disparo de una arma de fuego).

Por el otro, los análisis confirmatorios son más complejos, profundos y específicos en comparación con las presuntivas. Una vez que la primera ha dado positiva, estas sirven para establecer o identificar la presencia de una condición en concreto, por lo que es necesario seleccionar la prueba adecuada según la finalidad.

Después de hablar de los dos tipos de pruebas, se abordó y describió a profundidad la fauna cadavérica, bichos y parásitos que se alimentan de los cadáveres hasta llegar a los huesos. La presencia de los insectos ayudan a la ciencia forense para aproximarse a la fecha y hora de la muerte, pues dependiendo del tiempo del cuerpo aparecerán insectos en específico, por ejemplo, los dípteros (moscas) llegan de uno a tres días después de la muerte.

Además de los animales presentes, existen otros indicios para determinar la fecha de fallecimiento, como su estado de descomposición, la temperatura corporal, el grado de hinchazón, la coloración, la rigidez cadavérica, etcétera. Se presentaron varios casos tanto en animales como en humanos que mostraron los grados de descomposición y su cambio a través del tiempo.

Para finalizar la plática, el ponente alentó a los estudiantes a seguir estudiando y buscando áreas de interés después de finalizar la carrera. Existe una amplia gama de especializaciones que pueden derivar de QFB o que van de la mano de los conocimientos adquiridos dentro de la vida universitaria. No conformarse y seguir explorando fueron algunas de las recomendaciones.

Itzel Garduño Casasola

También podría gustarte