Presentan concierto narrativo inspirado en obra de Nietzsche

“Amo a aquél cuya alma es profunda, incluso en la herida, y al que puede destrozar pequeños sucesos: así pasa gustosamente por el puente”

Zaratustra

A través del arte, el hombre ha encontrado la posibilidad de reconocerse y manifestar su existencia. En un momento como el que vivimos, la reflexión sobre nuestras acciones reclama un nuevo rumbo que nos permita mejorar como humanidad. Desde esta idea, “El cuaderno de las pesadillas y los gemelos diablo” se presentó en la pantalla del Departamento de Difusión Cultural de la FES Cuautitlán.

En esta obra montada por los alumnos de la Facultad de Química, los artistas dieron vida a los personajes que desarrolló Friedrich Nietzsche en su obra más famosa “Así habló Zaratustra”, centrada en el diálogo de este personaje, cuya intención es propagar las ideas de un “superhombre” que debe dejar atrás el pensamiento conformista para reemplazarlo por uno que no atente contra sí mismo en sus actos.

El concierto se desarrolló en una atmósfera de misticismo, acompañada por las sutiles notas de las cuerdas de un salterio, el vaivén del violoncello, la seriedad impresa en el silbido de la melódica y un tintineo de percusiones que sonaron con insistencia para anunciar el discurso de Ikal, el narrador.

Mientras, él, cargando un libro rojo en las manos y portando una máscara abstracta que simultáneamente lo transformó en gato y anciano, dio voz a cada uno de los personajes de esta compleja historia que destaca cuatro momentos principales:

Un ermitaño internado en las montañas para gozar de su espíritu y soledad, el instante en el que es reconocido por un hombre viejo, quien le sugiere brindar su ayuda al resto de los hombres.

Otro, en el que el profeta visita a los habitantes de un pueblo para motivarlos a superarse diciéndoles: “Habéis recorrido el camino del gusano hasta el hombre, y hay mucho todavía del gusano en vosotros. Una vez fuisteis monos, y todavía ahora es el hombre más mono que cualquier mono” y, finalmente, cuando, a pesar de su extensivo discurso, los oyentes deciden nunca convertirse en “superhombres” porque prefieren ser sujetos incapaces de generar un cambio, eligiendo la esclavitud.

Durante la presentación, cada frase fue expresada con ahínco por Ikal, para motivar la reflexión de la audiencia. “En otro tiempo, el delito contra Dios era el máximo delito, pero ahora Dios ha muerto y con él han muerto también esos delincuentes. Ahora, lo más horrible es delinquir contra la tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable”, enunció enérgico.

El relator cerró la puesta en escena con la esperada decepción de Zaratustra al darse cuenta de que, pese a todas sus advertencias y sabiduría, los hombres prefirieron ser los mismos. Como parte del final, apareció en pantalla un discurso de Soren Kierkegaard, que sugiere que el mundo entiende las desgracias como un chiste, sin ver lo que acontece ante sus ojos.

En la actualidad, no hace falta mirar más allá de nuestra presente realidad, en la que un virus continúa cobrando vidas ante la mirada de incrédulos que se consideran seres «súper inmunes”

Liliana Alvarado Sánchez

También podría gustarte