En alguna ocasión, la escritora Virginia Woolf, una de las feministas más importantes del siglo XX, argumentó: “No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”, refiriéndose a su absoluto rechazo por aquellas ideas que enfatizaban la inequidad de género.
A partir de este contexto, y encausada en ir más allá de una conmemoración del Día Internacional de la Mujer, personalidades de la FES Cuautitlán reunieron esfuerzos para posibilitar un ciclo de conferencias protagonizado por algunas de las líderes que, con talento y dedicación, han ilustrado esta Facultad.
A la apertura del evento acudió el doctor José Francisco Montiel Sosa, secretario general, quien felicitó a las organizadoras por su determinación: la profesora Beatriz Agratti Zapata, coordinadora del Centro de Idiomas, y las doctoras Margarita Tadeo Robledo y Andrea Trejo Márquez, jefa del Departamento de Ciencias Agrícolas y responsable del Departamento de Ingeniería y Tecnología, respectivamente.
En un discurso inicial, la doctora Trejo habló de la imperiosa necesidad de inaugurar una jornada en el marco de una fecha que lleva poco más de 90 años haciendo historia. Además, con convicción firme y tenaz, anunció el objetivo de resaltar la presencia de las que con trabajo y dedicación lograron romper los paradigmas de pensamiento en la sociedad.
Así, presentó a las ponentes del día, dos de ellas mujeres que han marcado un punto de partida en la esencia de lo que hoy es nuestra casa de estudios, la doctora Mercedes Sierra Kehoe, importante académica de la licenciatura de Diseño y Comunicación Visual, la doctora Susana Mendoza Elvira, docente e investigadora, y la maestra Adelita San Vicente, fundadora de la ONG Semillas de Vida, “la mujer que enfrentó a Monsanto”.
Durante el conversatorio, moderado por el químico Jorge Rafael Martínez Peniche, quien años atrás fungió como funcionario de esta universidad, se tocaron temas fundamentales como el papel de la mujer en el tiempo, la aparente exclusividad de sexos en el estudio de distintas carreras y la cuota de género.
En este sentido, la doctora Sierra, quien habló de “ellas en la cultura”, mencionó a Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, quizá el mayor ícono mexicano del feminismo. Por su parte, la doctora Mendoza, desde su postura “ellas en la ciencia”, habló de Madame Montgomery, personaje que colaboró con médicos en la identificación de enfermedades virales.
Bajo esta apreciación, la maestra San Vicente subrayó la profesionalización como uno de los ejemplos más cotidianos de la desigualdad, como en el caso de las ingenierías, que aún en nuestros días están regidas en su mayoría por hombres, o bien, el estudio de las artes, en el que predominan las mujeres.
A manera de conclusión, cada una de ellas hizo una reflexión de la equidad de género a partir de la cual designaron este asunto como un argumento innecesario en la actualidad, ya que “debe estar de más otorgar beneficios que respondan simplemente al cumplimiento de la legalidad. Es preciso que hombres y mujeres luchen por hacer realidad sus ambiciones”.
Sandra Yazmín Sánchez Olvera