Investigadores implementan medidas de seguridad alimentaria en beneficio del cultivo de frijol

Hoy día el 90 % de las plantas cultivadas en el mundo son propagadas por semillas, siendo éstas la fuente más importante para prolongar la estadía de bacterias en el ecosistema que llega a ocasionar la pérdida total de cultivos.

Xantomonas y Pseudomonas

La doctora Rosa Navarrete Maya, quien se encuentra en el área de Fitopatología de la Unidad de Investigación en Granos y Semillas  (UNIGRAS) y se desempeña en Patología de semillas y de plantas, desde hace algunos años desarrolla la investigación en semilla de Frijol, particularmente detectando y estudiando dos principales patógenos: xanthomonas campestris facioli (también conocida como el tizón común del frijol) y pseudomonas syringae pathovars faceolicola.

Los centros de origen del frijol

están constituidos por dos grupos:   

en México, en la cuenca del balsas, y

en Perú, en la zona de los andes frijol andino

El peligro de estas bacterias que atacan la planta del frijol es que son organismos microscópicos de 1 a 2 micras que pueden vivir por sí mismos alimentándose de ésta y dañando su capacidad de fotosíntesis, reduciendo su desarrollo y rendimiento y, por tanto, afectando la capacidad de producción. En consecuencia, destacó la investigadora, un área destinada a la producción de frijol sería cada vez menos rentable para el productor.

«Estas bacterias tienen especial gusto por la planta del frijol conocido como peruano, ya que es de follaje abundante y de alta producción. Esto la hace altamente rentable, pero también vulnerable, lo que puede ocasionar serios daños económicos al productor».

En México, las certificaciones sanitarias se enfocan principalmente a la germinación, por lo que el productor no está obligado a realizar un estudio sobre la salud de la semilla. Esto ocasiona que la cosecha sea seleccionada en consideración de la “mejor semilla», sin saber si está o no infectada. «Así, en la siguiente temporada de siembra, se utilizaría una semilla enferma que expandirá la bacteria a aquéllas que no lo estén», señaló la doctora Navarrete.

La pérdida en áreas de cultivo del frijol pueden ser de un 40 % hasta un 60 %, es decir que más de la mitad de la cosecha se pierde

 

Al respecto de este asunto, un estudio de salud de la semilla no es tan costoso como se cree; sin embargo, la falta de interés, ignorancia y regulaciones están ocasionando mayores daños a las áreas de cultivo, algunos de los cuales han ocasionado pérdidas del 40 % al 60 % de cultivos, como sucedió en zonas del norte del país, específicamente en Sinaloa, donde ninguna de las plantas de la zona de estudio se encontraba sana en 80 mil hectáreas a la redonda.

Detección y Control

La xanthomonas campestris facioli y la pseudomonas syringae pathovars faceolicola pueden ser detectadas y controladas de diversas formas, de modo que un análisis sanitario permite conocer cuál de las bacterias es la que se tiene que combatir. “La rotación de cultivos, sea de otra variedad de frijol o bien el cambio completo de cultivo a otro tipo de fruto o vegetal, es una de las formas más simples y recomendables”, puntualizó la doctora Navarrete.

Se calcula que en el suelo estas bacterias pueden subsistir hasta 20 años y en el frijol, en condiciones de almacenamiento, hasta los 30, motivo por el cual sin los controles adecuados sería casi imposible su erradicación o reducción. “Si a esto añadimos que se encuentran en el medio ambiente de forma  natural, nos deja ver que sin la detección y control debido se pueden tener casos alarmantes como el de Sinaloa”.

Al respecto, la doctora Navarrete comentó que los muestreos son la forma más eficaz de realizar controles sanitarios y que es en el laboratorio, y gracias a la experiencia de la UNIGRAS, como se logra detectar las bacterias por muestreos de porciones pequeñas mediante pruebas de luz ultravioleta como primer filtro.

Para tener datos más certeros, se realiza una molienda que se coloca en un medio de cultivo para observar el crecimiento de la bacteria, posteriormente se utilizan antisueros para su detección y la formación de precipitados de compatibilidad, un proceso que tiene un costo aproximado de siete dólares.

Por ello, realizar estos testeos ayudaría, en un corto plazo, a recuperar los niveles de producción, por lo que los costos se verían amortizados. Sin embargo, aclaró que esta decisión queda en manos del productor: mientras no exista una norma que cumplir no será obligado a implementar las medidas necesarias, por lo que la bacteria seguirá expandiéndose ocasionando pérdidas.

El proyecto colaborativo

En conjunto con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la doctora en la investigación de xanthomonas campestris facioli y pseudomonas syringae pathovars faceolicola, en la que también se tiene contacto con los productores organizados de Sinaloa, quienes después de tres años de pérdidas en sus cosechas solicitaron ante instancias gubernamentales la intervención de la UNIGRAS, el INIFAP y la Universidad de Occidente con la finalidad de contener las bacterias y recuperar los niveles de producción.

El trabajo de la UNIGRAS ha sido identificar estos organismos, labor nada sencilla dado que se solicitó identificar la raza fisiológica causante, la cual resultó ser la pseudomonas syringae pathovars faceolicola, de  la cual se tienen identificadas al menos nueve variedades.

Ante este descubrimiento se consiguieron las muestras correspondientes a través de diferentes convenios interinstitucionales, labor en la que el INIFAP fue pieza clave. Una vez obtenidas se tuvo que replicar la bacteria para poder realizar la identificación y experimentación, fase que se desarrolló en los invernaderos de la UNIGRAS, donde controlaron las condiciones y se tuvo éxito en la reproducción y asilamiento de la bacteria, así como en la inoculación de las plantas correspondientes para poder realizar los diferenciales y tener las tablas comparativas que permitieron al grupo de investigadores determinar el daño conforme a las identificación de las razas fisiológicas de las nueve variedades.

“A partir de este conocimiento, se puede determinar que frijol es el más resistente o bien cómo alternar la siembra del mismo para combatir la bacteria y poder eliminarla de manera paulatina y segura sin tener que recurrir a dañinos y caros pesticidas”, señaló la investigadora.

Precisamente, un inconveniente de esta selección natural es que las plantas de frijol más resistentes a las bacterias han mostrado tener un rendimiento menor, por lo tanto, es necesario equilibrar los cultivos y recuperar los niveles de producción anteriores a 2014, para evitar así el encarecimiento de esta leguminosa, un producto de la canasta básica de miles de mexicanos.

Estudios han demostrado que una semilla infectada en 10 mil tiene la capacidad de iniciar una epifitia, es decir, una epidemia entre las plantas

 

El INIFAP cuenta con alrededor de 150 variedades modificadas de manera natural de phaseolos vulgaris o frijol con resistencia a la mayoría de las bacterias estudiadas y sus nueve variedades. Cabe señalar que en la actualidad no existe un Phaseolos vulgaris que resista todas las bacterias, si no que la variedad de cruzas, es lo que ha dado la resistencia a unos u otros.

Por tanto, la doctora mencionó que la mejor estrategia para la prevención de la enfermedad, es la rotación de cultivos, la reducción de extensión de cultivo de una sola variedad alternando tipos de leguminosas de phaseolus y la selección de semillas. De no ser así ya no existiría el frijol, lo que ocasionaría una alarma de nivel alimenticio puesto que forma parte del alimento primario de muchas personas, principalmente de aquellas de menos recursos.

Rodrigo Pérez Maldonado

 

 

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