Con arte conmemoran el Día Internacional de la Mujer

Anahi Nieto Lara

 

Hace 44 años la ONU declaró el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que se reflexiona acerca del lugar que ellas tienen en la sociedad y su lucha por la equidad de ambos géneros. Para conmemorarlo, la FES Cuautitlán llevó a cabo distintas actividades artísticas en los campus.

En primer lugar, Campo Uno fue sede de breves representaciones teatrales en las que se contaron historias relacionadas con mujeres, las cuales lograron conmover a los espectadores y también arrancarles una que otra carcajada.

Uno de estos relatos trató sobre una señora que desde pequeña salió adelante a pesar de los obstáculos que enfrentó por ser mujer. Así, cuando tuvo a sus hijos, buscó siempre la forma de inculcarles el respeto hacia el género femenino.

 Otro cuento narró la historia de una bruja que fue desterrada, pero la cual es buscada por el mejor amigo del rey para evitar que éste muera. Ésta decide salvarlo bajo la condición de que el joven se case con ella. A pesar de su renuencia, se percata de que en realidad se trata de una hermosa doncella, por lo que decide quedarse con ella y ser feliz por siempre.

Estos relatos fueron presentados por Alfredo Aguilar, miembro del Mitlanun Tecutte, Gloria Cruz y Juan José López, integrantes de “Nueva acrópolis”; organización internacional con 60 años de trayectoria que busca “inculcar enseñanzas de naturaleza filosófica y cultural”.

En segundo lugar, en Campo Cuatro se inauguró la exposición “Mujer única”, en la que se exhibió el trabajo de las artistas Ivonne Reynaud y Ada Baldi, creaciones que resaltan la belleza femenina y muestran diversas temáticas con el fin de alejar a las mujeres de prejuicios.

Durante el recorrido, Reynaud explicó que cada una de las obras, piezas estéticas y expresivas esculturas, pinturas dramáticas con colores y formas llamativas, están inspiradas en su vida diaria y que en ocasiones utiliza materiales reciclados para fabricarlas.

Un ejemplo fue Nacimiento de Ninno, en la que se observa a una mujer embarazada en cuyo vientre yace un ser vivo en pleno desarrollo, un símbolo del hijo que desafortunadamente no nació debido a diferentes problemas de salud.

Además de ella, Baldi mostró pinturas armónicas y con paisajes sorprendentes, como de Yalitza Aparicio, protagonista de Roma, y la obra en la que se aprecia a dos mujeres abrazándose fuertemente, dos personas que sienten afecto mutuo como madre e hija, amigas o pareja y que declararan su mensaje contra la homofobia y la belleza del amor en todas sus formas.

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