FES Cuautitlán internacional

A más de cien años de la firma del documento que significó la disolución de las fuerzas federales y el triunfo del movimiento constitucional en la Revolución Mexicana, se festejó la última edición del Festival Internacional Tratados de Teoloyucan, una fiesta que resalta el arte, la gastronomía y las tradiciones de nuestro país y de varias partes del mundo.

Como cada año, la primera multidisciplinaria de la UNAM participó en el evento que fue organizado por ese ayuntamiento mexiquense, con la finalidad de mostrar a la comunidad local el talento universitario y la riqueza de su oferta cultural, que se concentra en las expresiones visuales, escénicas, literarias y musicales.

El denominado Proyecto Multidisciplinario, una iniciativa que conjunta las virtudes de los talleres de Teatro, Canto, Guitarra, Danza Regional y Pintura, abrió la participación de la Facultad en el escenario de Teoloyucan, presentación que motivó la ovación de quienes estaban reunidos en el Jardín Municipal Bicentenario.

Con manifestaciones que asumieron la importancia histórica del Tratado que se firmó sobre la salpicadera de un automóvil, los talleres compartieron los bailes típicos de varias regiones y las letras de canciones populares de nuestro México.

Una de estas ejecuciones en el micrófono fue la de la maestra Magdalena Copca Santana, directora del representativo teatral “Antonio González Caballero”, quien despertó la euforia y los aplausos tal cual lo hizo el discurso sobre el  valor social de conocer nuestra historia, el cual motivó la reflexión de los asistentes. Finalmente, este proyecto se despidió con los aplausos de los teoloyuquenses.

Después, cerca de la seis de la tarde de un sábado, el Coro «Topaccacuic» de la FES Cuautitlán llegó al Festival. En un escenario colosal, donde personalidades de diferentes lugares manifestaron su talento y cultura, este representativo dio gala del dominio vocal de sus integrantes a través de un repertorio que incluyó melodías de varios rincones del planeta. África, España y Colombia conformaron el primer episodio.

Luego de escuchar Bullerengue, canción típica de los cafetaleros, “Nuestro canto alegre” anunció dos boleros autoría del compositor Alberto Domínguez, Flor de Azalea y Frenesí, cuyas letras motivaron las interpretaciones más bellas del coro en aquella tarde.

Con Dime que sí, una de las piezas más gustadas entre sus seguidores, y un popurrí de música mexicana, «Topaccacuic» concluyó esta presentación. En agradecimiento por su entrega, su público se levantó de su asiento para aplaudirles.

Victor Manuel Reyes Flores

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