Experto habla de fenómenos que han repercutido en la economía mexicana

Con la finalidad de comprender el comportamiento de la economía mexicana a través del tiempo, el Departamento de Ciencias Sociales ofreció la conferencia magistral “Expansiones y recesiones en México (1980-2020)”, dirigida por el doctor Pablo Mejía Reyes, coordinador del Centro de Investigación en Ciencias Económicas (CICE), de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX).

Para comenzar, el ponente indicó que la expansión y recesión son etapas que conforman un ciclo económico, definiendo el primer concepto como un crecimiento sostenido y al segundo como una caída, también sostenida y breve.

A partir de esto, expuso que las fases de expansión traen beneficios, como el aumento de ingresos a través del crecimiento del empleo, más bienes disponibles para consumir, facilidad de inversión, etcétera. Sin embargo, el investigador subrayó que éstas no son un fenómeno deseable, ya que pueden generar inflación o déficit externo, por lo que también hay que mitigarlas.

Por otra parte, señaló que en la recesión ocurre lo contrario, entre más profunda sea, el impacto es mayor para las empresas y familias. De ahí que el objetivo sea conocer más sobre estas fluctuaciones a fin de reducir sus efectos a largo plazo.

“Tener un conocimiento del comportamiento de estos fenómenos permite una mejor planeación en términos de política económica y medidas que se reflejen en mejores condiciones de vida para la población”, apuntó el experto.

Para contextualizar los ciclos económicos de México, el doctor Mejía enlistó algunos eventos que han propiciado las recesiones más importantes del país: la Revolución Mexicana, la propuesta de desarrollo compartido de Cárdenas, el boom petrolero, la crisis de la deuda, la crisis tequila, el  “atorón” (como llamó Fox al efecto de la economía en su administración) y, actualmente, la caída por la pandemia que, en perspectiva, es la segunda más grande que ha tenido el país en los últimos noventa años, después de la de 1995.

Otro aspecto importante que señaló el investigador es que este conjunto de fenómenos va de la mano con la economía petrolizada del país y con el desarrollo económico global, por lo que la recuperación de las empresas en otros países contribuye, en gran medida, a la mejora de esta nación.

Asimismo, mencionó que, aunque ya tenemos avances notables porque las recesiones ya no se acompañan de crisis, continuamos estando muy vulnerables a choques externos.

Por tanto, el economista apuntó que se debe mejorar la resiliencia ante estos eventos con respuestas de política económica apropiadas, entre ellas, la mejora de la recaudación fiscal, ampliar a un doble mandato la labor del Banco de México, mejorar la productividad, retomar la inversión estancada desde 2015 y crear un adecuado marco institucional que permita una mayor eficiencia en seguridad y combatir la corrupción.

“La economía resultante de la crisis por la pandemia no será la misma que teníamos, por ello tenemos que realizar investigación más detallada y tomar medidas para poder revertir esta situación”, finalizó el doctor Mejía.

Liliana Alvarado Sánchez

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