Investigadoras desarrollan técnicas inmunológicas como método de diagnóstico para inmunodeficiencias secundarias y enfermedades infecciosas

Cada vez existen más evidencias de que los autoanticuerpos anticitocinas (ACAA, anticytokine autoantibodies) son un factor determinante para desarrollar  inmunodeficiencias secundarias. La importancia de este tipo de estudios es que los ACAA provocan susceptibilidad adquirida a infecciones y contribuyen al desarrollo de enfermedades autoinmunes potencialmente mortales.

Presencia de autoanticuerpos anticitocinas y enfermedades asociadas. Resumen gráfico de las enfermedades relacionadas con la presencia de autoanticuerpos contra diversas citocinas

Entendiendo las complicaciones que estos padecimientos producen y con el objetivo de coadyuvar a la comprensión de su inmunidad, la doctora Gabriela Barcenas Morales, académica y responsable del  Laboratorio 2 de Inmunología de Posgrado de Campo Uno, y la candidata a doctora Paulina Cortes Acevedo desarrollan técnicas inmunológicas como método de diagnóstico, tanto en humanos como en algunas especies animales. 

Autoanticuerpos anticitocinas y la susceptibilidad a infecciones

La integridad del sistema inmunitario es fundamental para proteger al individuo contra los microorganismos infecciosos y sus productos tóxicos. Los defectos en uno o más de los componentes del sistema inmunitario conducen a la aparición de trastornos graves que a menudo son letales.

Las inmunodeficiencias consisten en una disfunción causada por la alteración o ausencia de los componentes específicos o inespecíficos que participan en la respuesta inmunitaria adaptativa e innata, respectivamente. Se clasifican en primarias o congénitas (defecto genético intrínseco que es hereditario) y secundarias o adquiridas (originadas por múltiples factores). 

Inmunodeficiencias secundarias pueden ser resultado de enfermedades prolongadas (crónicas) o graves como diabetes, infecciones con virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o cáncer; enfermedades infecciosas provocadas por bacterias, parásitos y hongos; fármacos,  desnutrición, inmunosupresión, metástasis de cáncer o leucemia, quimioterapia y radiación, edad avanzada y autoinmunidad hacia citocinas.

Estas últimas son proteínas producidas por las células del organismo, las cuales tienen efecto sobre la misma célula o hacia otras. Son responsables de la regulación dinámica de la maduración, el crecimiento, la capacidad mediadora y moduladora de la respuesta de las células inmunitarias hacia agentes infecciosos y estímulos inflamatorios.

Por tanto,  son esenciales en el proceso de montaje de respuestas antimicrobianas debido a que regulan la respuesta inmune innata y adquirida del sistema inmunológico, en la polarización de la respuesta de células T y actúan como moléculas efectoras. 

Desarrollo de técnicas inmunológicas

En la actualidad existen varios estudios sobre la susceptibilidad a enfermedades infecciosas por la presencia de autoanticuerpos neutralizantes contra algunas citocinas, los cuales afectan las funciones celulares y, por tanto, la eliminación de microorganismos donde el desarrollo de ACAA finalmente predisponen al hospedador a infecciones que amenazan la vida del individuo.

En consecuencia, las investigadoras elaboran métodos para la investigación, caracterización y el diagnóstico de inmunodeficiencias secundarias causadas por la presencia de ACAA, enfocándose en la estandarización de ensayos funcionales para evaluar la capacidad inhibitoria de autoanticuerpos contra mediadores químicos de la respuesta inmune.

Los resultados de estos estudios proporcionan una perspectiva interesante, ya que la presencia de autoanticuerpos contra citocinas no son comúnmente considerados en la patogénesis de las enfermedades infecciosas. 

Por otra parte, los autoanticuerpos analizados se pueden considerar como marcadores de gran utilidad para propósitos de diagnóstico o definir terapias y tratamientos más adecuados para cada paciente en particular. “La importancia de estos estudios inmunológicos es que existen tratamientos que se basan en citocinas. Por ejemplo, Interferón gamma (IFN-γ), si el paciente genera autoanticuerpos contra IFN-γ no le va a funcionar” dicha terapia, explicó la doctora Barcenas. 

El laboratorio de Inmunología se enfoca en el desarrollo de un diagnóstico serológico, y por lo que es importante disponer de pruebas, ensayos o técnicas de laboratorio que permitan la detección de anticuerpos contra un determinado microorganismo o antígenos presentes en una muestra de sangre o en sus derivados (suero o plasma), a fin de definir el agente que causa la enfermedad infecciosa.

Desde 2001, el Laboratorio  de Inmunología ha desarrollado y estandarizado algunas pruebas serológicas:

Ensayo de inmunoabsorción ligado a enzima (ELISA)

Se realiza usando una superficie sólida como soporte a la que los antígenos o anticuerpos se puedan adherir, permitiendo detectar o determinar cuantitativamente los niveles de anticuerpos o antígenos presentes en la muestra.

Prueba de inmunoelectrotransferencia (Western Blot)

En una muestra sérica detecta la presencia de anticuerpos contra diversos antígenos de un microorganismo, estos últimos se inmovilizan en una membrana a través de la electrotransferencia.

Ensayo de arreglo de microesferas en suspensión múltiple (Luminex)

Es un sistema basado en citometría de flujo que utiliza microesferas de poliestireno con un diámetro de 5.6 micras como soporte sólido para un inmunoensayo convencional. Las microesferas  se clasifican en hasta 100 diferentes regiones, cada una presenta un código de color específico (una proporción diferente de dos fluorocromos) que permite discriminar e identificar ensayos individuales. 

El ensayo detecta y cuantifica múltiples analitos (proteínas, péptidos, ácidos nucleicos, anticuerpos, entre otros) en una sola muestra. Cada grupo de  microesferas se puede conjugar con una molécula de captura diferente y ser mezcladas para ser incubadas con la muestra a analizar en un pozo de microplaca de fondo de filtro para reaccionar con diferentes analitos específicos. Teóricamente se pueden medir simultáneamente hasta 100 parámetros individuales en una sola etapa del ensayo.

Asimismo, realizan pruebas serológicas más simples, como la aglutinación y la precipitación, en las que también se lleva a cabo la reacción antígeno-anticuerpo, la cual da lugar a una manifestación visible, permitiendo realizar una lectura visual macroscópica.

El futuro de la línea de investigación

Las investigadoras también han realizado estudios de autoanticuerpos contra citocinas en algunos animales (caballos, puercos, perros y gatos), en las pequeñas especies han obtenido mayores resultados debido a que es más factible conseguir las muestras para estudiarlas; sin embargo aún no logran resultados concluyentes. 

Actualmente, se interesan en examinar a bovinos, porque  de acuerdo con médicos veterinarios las vacas presentan problemas pulmonares muy similares a la proteinosis alveolar, un padecimiento que en humanos es bien sabido que los autoanticuerpos contra GM-CSF están involucrados, por este motivo buscarán realizar colaboraciones para incluir a los rumiantes en su línea de investigación. 

Otro de sus objetivos es ampliar la disponibilidad de pruebas serológicas hacia otros agentes infecciosos y tambien brindar a la comunidad el servicio de determinación o cuantificación de citocinas.

Martha Guadalupe Díaz López

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