Investigadores presentan un estudio de imagenología en mural de Diego Rivera

El Auditorio “Jesús Guzmán García” de Campo Uno albergó la conferencia “Transdisciplina como vehículo de investigación: imagenología en el arte mural en México”, presentada por la doctora María de las Mercedes Sierra Kehoe, académica de la Facultad y experta en Historia del Arte por el Centro de Investigación y Docencia del Estado de Morelos, y por el doctor José Luis Ruvalcaba Sil, investigador del Instituto de Física de la UNAM.

Los presentadores hablaron sobre su trabajo restaurando el mural «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central», que mide  72 metros y fue realizado entre 1947 y 1948 por Diego Rivera, el cual se encuentra actualmente en el Museo Mural homónimo de este artista. 

Sobre esta obra, destacaron que fue hecha con la técnica de pintura mural «al fresco», que implica pintar sobre una pared húmeda con pigmentos disueltos en agua que se adhieren directamente al mortero fresco. No obstante, debido a que originalmente se encontraba en el Hotel del Prado, sufrió graves daños durante el terremoto de 1985, lo que llevó a una restauración gradual y cuidadosa para evitar su destrucción total.

Los especialistas explicaron que para lograr esta tarea emplearon la técnica de imagenología, que consistió en una observación minuciosa con diversas luces para obtener información sobre los colores y las superposiciones, lo que permitió desarrollar una estrategia ideal para conservar esta pieza artística.

También fue necesario monitorear constantemente el estado del mural, ya que el proceso generalmente comienza con una supervisión superficial, seguida de la documentación y catalogación en la segunda etapa. La tercera fase implica el análisis de datos para evaluar el estado y la integridad, esto garantiza que se priorice la preservación y el cuidado continuo para mantener su valor histórico y cultural, destacaron los ponentes.

Por su parte, el doctor Ruvalcaba añadió que el análisis global de la superficie de los murales se asemeja a trazar un mapa, después se emplean equipos no destructivos que exponen distintos tipos de radiación para comprender la composición de los materiales, todo con el objetivo de distinguirlos sin dañar la obra, y facilitar futuras restauraciones.

Durante la charla, los investigadores afirmaron que uno de los retos más grandes enfrentados durante este proceso fue la reparación del daño causado en el rostro de Diego Rivera; sin embargo fue resuelto por estudiantes de la UNAM, quienes se encargaron de ejecutar cuidadosamente esta labor.  

De esta forma, concluyeron que la paleta de colores utilizada por Diego Rivera es reducida con una notable repetición en tonos azules, verdes y amarillos. Este hallazgo es crucial para entender la técnica del artista y planificar intervenciones de restauración que respeten fielmente la visión original de la obra, recalcó la doctora Sierra.

Antes de finalizar, la ponente invitó a los estudiantes a explorar una línea de investigación en el registro fotográfico, destacando la importancia de ampliar la visión laboral y fomentar la exploración en áreas menos convencionales, pues considera que el interés suele centrarse en fotografiar productos o servicios.

José Edgar Contreras Cortés

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