Dialogan sobre la relevancia del maíz criollo

Recientemente el Departamento de Ciencias Agrícolas gestionó el Coloquio Maíces criollos: perspectivas para sistemas alimentarios sustentables, con el objetivo de compartir con la comunidad las líneas de investigación y actividades que se desarrollan dentro de los programas PIAPI2014, PIAPI2055 y FORDECYT-PRONACES 2019-05-308597.

La doctora Martha Domínguez Hernández, académica de la Facultad, explicó que estos proyectos se realizan en colaboración con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), así como con productores de distintos municipios poblanos y mexiquenses.

Posteriormente, la doctora Aurea Ramírez Jiménez, profesora e investigadora del ITESM, presentó la charla “Potencial de maíces criollos como alimento funcional”. Para iniciar, aseguró que “a partir de la dieta se puede prevenir o ayudar a controlar el progreso de distintas enfermedades no crónicas. De ahí surge el interés por los alimentos funcionales” alegó.

Por tanto, la especialista aseguró que en México existe una basta riqueza de maíces, destacando el potencial bioactivo del tipo criollo (palomero, amarillos y rojos), cuyos compuestos carotenoides, luteínas y zeaxatinas poseen efectos antioxidantes que benefician la salud cardiovascular y de los ojos, previniendo las cataratas, con lo que evidenció las bondades de este grano.

Más tarde, la doctora María del Carmen Valderrama Bravo, profesora e investigadora de esta casa de estudios, presentó “Efecto de las condiciones del proceso de nixtamalización en la calidad de sus productos”. Para introducir, comentó que en el banco de germoplasma de CIMMYT se encuentran 28 mil especies criollas de maíz, de las cuales casi 11 mil fueron colectadas en México.

Después, detalló sus estudios sobre los efectos derivados de las condiciones en el proceso de nixtamalización, con el objetivo de evaluar los cambios en las propiedades fisicoquímicas, morfológicas y vibracionales de harinas y masas. “Entre otras conclusiones, se sabe que durante la molienda se modifica el índice de absorción y la solubilidad de agua porque la superficie granular incrementa”, advirtió la ponente.

Para finalizar, en “Maíces criollos en México, importancia para la seguridad alimentaria y salud”, impartida por la doctora Elisa Domínguez Hernández, investigadora posdoctoral de la UAQ, se afirmó que, para el año 2050, la producción agrícola tendrá que alimentar a una población creciente de 9300 millones de personas.

“Debido a este incremento en la población, la demanda de maíz se duplicará. En este sentido, mantener una alta biodiversidad genética en cultivos básicos será imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria futura y presente, culminó.

María Dolores Elizondo Alvarado

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