Cuautitlán, segundo lugar de “Mi paso por la FES”

Así paso en la FES Cuautitlán es el título del relato breve con el que Moisés Alberto García Tinajero logró el segundo lugar del concurso “Mi paso por la FES”, convocado por la Dirección General de Atención a la Comunidad.

La convocatoria fue lanzada en 2015 para reconocer, a través de la narración de acontecimientos personales, la importancia de la creación de las hoy Facultades de Estudios Superiores de la UNAM.

La ceremonia de premiación realizada en la Casa Universitaria del Libro fue presidida por el maestro Eduardo Guerrero Villegas, director general de la DGAC, quien estuvo acompañado de Gabriel Emilio Ponce, ganador del primer lugar, y el licenciado Alejandro Suberza Luque, responsable de actividades culturales de la FES Cuautitlán y miembro del jurado calificador.

En el acto también estuvo presente el doctor José Francisco Montiel Sosa, secretario general de la FES Cuautitlán, quien acudió en representación del maestro Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz, director de esta Facultad.

En su discurso, el maestro Guerrero expresó que cuando uno plasma lo que nos ha dejado la Universidad, a la que agradeces toda la formación, es lo mejor que puede pasar. “Me da mucho gusto que este certamen se centre en la historia que tienen estas FES, antes ENEP, que surgieron de la iniciativa del rector Soberón y que sin duda han transformado el entorno de este país por el semillero de jóvenes que han formado”, señaló.

Por su parte, el licenciado Suberza comentó que es imprescindible motivar e incentivar a los jóvenes a compartir las actividades realizadas en las facultades. “Es un gusto que todas hayan participado y demostrado que no sólo las actividades académicas son parte fundamental de su formación, sino también las artísticas y culturales”, remató.

Así paso en la FES Cuautitlán

“Una persona inteligente no es aquella que sabe mucho, una persona inteligente es aquella que sabe utilizar lo poco que sabe”. Algo así leí en el transporte aquella mañana de camino al trabajo, ese trabajo que de alguna forma le daba sentido a la pausa “forzada” que desafortunadamente truncaba mis estudios. Y no es que no quisiera continuar la visita en ese punto del camino “La parada de las Aulas”. Fue más bien ese crudo (la mayoría de las veces) y gratificante resultado a la solicitud de admisión el que me hizo saber que ese año no seria, ese año no recorrería sus jardines, sus campos, sus aulas… sus pasillos.

En ese momento, cuando leí esa frase, una idea paso por mi mente; “Díselo al examen”.

Provengo de un Colegio de Bachilleres ubicado al sur del Distrito Federal. Estudio en la FESC –Cuautitlán al Norte del DF. Y sí, se encuentran en polos opuestos, pero como bien citan y recitan mis profesores de Electricidad y Magnetismo “Cargas opuestas se atraen”.

¿Será verdad, serán esas cargas las que me trajeron de Sur a Norte?.

Tal vez alguien dirá algo “Podría ser”. Pero lo cierto es que yo no lo creo así.

Ya lo dijo Pablo Coelho, o más bien, lo escribió “Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar un lenguaje que está más allá de las palabras, el que muestra aquellos que los ojos no pueden ver”.

Siendo sinceros, durante mi pubertad lo más cercano a escuchar mi corazón, fueron esas veces que padecí las taquicardias causadas por esos entrañables momentos de ocio que viví con los amigos de la secundaria y de la prepa. De hecho, aún los escucho, en las caóticas excursiones, carreras y dribles que tengo que dar en el metro para llegar a la FESC.

Ahora que ya estoy matriculado en la UNAM, compartiendo el aula con personas con ideas y puntos de vista similares a los míos, formando nuevas amistades, presentando los exámenes parciales y sobre todo; padeciendo los finales. Me doy cuenta de que poco a poco voy siguiendo ese camino, aquel que no es de todo placentero, pero que a su modo, me conduce a lo que quiero y me acerca a lo que anhelo.

Cuando me preguntan mis familiares y amigos “¿Qué no te cansas?”.  A esa pregunta casi siempre respondo algo como “No, soy de palo y tengo Batería infinita”, Algunas otras veces preguntan cosas como “¿Acaso estás loco?”. La verdad es que mientras más formulan esa pregunta, más empiezo a creer que lo estoy. Pero que sería de la vida sin una pizca de locura, sin ese espíritu explorador, de salir de  nuestra zona de confort.

Me atrevo a decir que todos los estudiantes que aspiramos a ser futuros profesionistas, nos pasa lo mismo. Las respuestas a ese tipo de preguntas varían según el estado de ánimo del entrevistado o mejor dicho, según la temporada de semestre.

Pero también estoy 100% seguro que con el paso del tiempo, esas preguntas serán muy gratificantes, serán temas de conversaciones amenas, acompañadas de carcajadas, asombro y alegrías, y  por qué no, de nostalgia.

Formaran parte en la vida de algún conocido que este empezando su formación académica y con un poco de suerte; serán un modelo y/o ejemplo a seguir, la prueba viviente de que se pueden hacer las cosas.

La Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán es diversa en muchos sentidos; En lo académico, como en todos los campus donde convergen distintas áreas de conocimiento. Cada una se enfoca en su ramo. Claramente somos una comunidad, pero hace falta más comunicación, más trabajo en conjunto. De ser así, pienso que se pueden lograr grandes trabajos de investigación.

Aunque quizá lo anterior suene muy pretencioso, pues como logran investigación sino hay equipo en la mayoría de los laboratorios, y el poco que hay está muy deteriorado.

En Materia de Transporte; Bueno ese es un tema que casi siempre separa a la comunidad. Hay quien dice que se han logrado buenos acuerdos, que la cuota es la más justa tanto para estudiantes como para transportistas y que los horarios de salida de las unidades son “puntuales”; En esto último no estoy de acuerdo. Pero en fin, esa es otra historia.

En materia de Seguridad; Cuenta la leyenda que se han emprendido campañas en pro del bienestar de la comunidad. Platicando con los compañeros acerca del tema, la conclusión siempre es la misma; “No han sido suficientes”. Ya que se han dado situaciones lamentables.

El primer día que puse un pie en la Facultad, me sentía raro, era una rara mezcla de emociones. Recuerdo que al finalizar la plática introductoria a “Lo que significa ser Universitario” nos pidieron crear un “Goya”. Sinceramente no lo coreé, solo viví el momento como espectador. El asombro fue grande, pues el hecho de escuchar como al unísono todas las voces conformaban una sola, género en mí un sentido de pertenencia. Fue ahí cuando me cayó el veinte y entendí que de ese modo; la FES Cuautitlán me decía que la oportunidad estaba ahí, sólo tenía que aprovecharla. Eso es algo que me sigo recordando cada día.

El amor que le tengo a esta Facultad es de esos que se va dando de a poco. Es el tiempo, las experiencias y los momentos vividos, los que hacen que se acrecenté y perdure con el tiempo.

Como en todos los Lugares; hay cosas buenas y otras que no lo son tanto. Pero bien dicen los mayores “Depende de uno el sacar provecho de lo que se tiene”.

Releyendo estos párrafos se aprecia que tiene sus altibajos, por un lado hay alegría y por otro hay algo de inconformidad en cuanto a las carencias de la Facultad. Pero que puedo decir, esa es mi historia, no está de más contarla, quizá este escrito llegué a las manos indicadas. Tal vez al leerla alguien se anime a continuar sus estudios. También quizá, alguien se interese en dar mayor atención a las carencias de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán.

Por cierto. Ahora cuando piden corear un Goya, no solo lo escucho, también lo siento.

“Por mi raza hablará el espíritu”

México D.F. 10 de Diciembre del 2015

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