Sin idealidad, el rock y su certeza

Victor Manuel Reyes Flores

 

Sonidos poderosos y piezas cargadas de electricidad, que recordaron a los íconos más representativos del metal y del rock de los últimos tiempos, fueron los elementos que Dysutopia dejó en la comunidad de Campo Uno, la cual se reunió en la explanada del estacionamiento para gritar y corear los éxitos del dúo que ha incursionado fuertemente en la escena musical independiente.

Bastaron la guitarra eléctrica, la batería y el brío de cada nota para que Alejandro y Daniel, integrantes de la banda originaria del Estado de México, mostraran a los presentes un poco de su “drass rock instrumental”, un estilo propio influenciado de varios géneros, pero potenciado con una energía que enloqueció a los espectadores a tal grado de juntarse para el slam.

Garabatos, Libélula, Untitled one, Duende y Arché, así como otras composiciones inéditas a punto de estrenarse, fueron las piezas que se tocaron durante el concierto. Calavera de cera fue la última de la tarde, en cuyo vigor melódico y el estruendo de los instrumentos pudo apreciarse una protesta contra lo que pasa actualmente en nuestro país, una forma de atender la la realidad social y crear conciencia.

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