Orientan sobre el valor monetario de la ingeniería agrícola

Como parte de las actividades gestionadas recientemente por la comunidad de Ingeniería Agrícola (IA) y atendiendo las inquietudes de sus egresados, la coordinación de esta carrera presentó el conversatorio “¿Cómo cobrar tus servicios profesionales como Ingeniero Agrícola?”, una oportunidad de intercambio entre distintas generaciones sobre esta labor profesional.

Para comenzar, los ingenieros Minerva Edith Téllez Ordaz, académica de la Facultad y moderadora de la actividad, y Saúl Diez de Sollano Hernández, coordinador de IA, resaltaron la importancia de promover estas dinámicas entre los miembros de la carrera. “Los egresados siempre tienen la perspectiva correcta sobre lo que ocurre en el exterior, a nivel nacional e incluso internacional, sus experiencias nos enriquecen”, afirmó el ingeniero.

Posteriormente, se cuestionó a los panelistas sobre el valor del conocimiento. El primero en responder fue el ingeniero Mauricio Landa Reyes, gerente técnico-comercial de AGROTEC, quien aseguró que resulta difícil cuantificar el intelecto de un profesionista; sin embargo, de ser posible será vital reflexionar sobre sus conductas éticas, morales y la experiencia. Ante esto, surgió la siguiente pregunta: ¿Cuánto vale mi tiempo?

Por su parte, el ingeniero Héctor Montoya Hernández, capacitador de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), afirmó que el cobro de un servicio debe partir de cuatro ejes fundamentales: la experiencia, el tiempo, establecer la problemática a resolver y el tipo de solicitante, pues sólo así podrán planearse los costos.

A continuación, de forma muy particular, cada especialista explicó cuánto percibe por sus servicios. El ingeniero Edgar Ortega Camarillo, gerente operativo de ASEGURAPAN, mencionó que cobrar por hora, proyecto, tiempo invertido o asesoría, dependerá de las circunstancias y del conocimiento que se puede aportar. “Primero debemos identificar las necesidades y de ahí acordar la rentabilidad y productividad”, subrayó.

Por otro lado, el ingeniero Raúl Quiroz Mora, director de proyectos de ASINC de México, comentó que la valuación de un servicio profesional responde a dos fundamentos básicos: los aranceles que se establecen de acuerdo con el valor del proyecto y las horas hombre (viáticos, traslados, impuestos, horas trabajadas, etcétera) consumidas en la realización de éste.

Ante este panorama, el ingeniero Montoya recomendó firmar un contrato y solicitar un anticipo antes de iniciar cualquier trabajo para una institución gubernamental o referente a la iniciativa privada. “Cuando ofrezco un servicio a pequeños, medianos y grandes agricultores siempre tendré la garantía de recibir un pago justo y a tiempo”, concluyó.

Para culminar, los expertos afirmaron que el ingeniero agrícola, a pesar de no especializarse, posee una visión integral competitiva, que a través de los años podrá enriquecerse y diversificarse. De igual forma, destacaron algunos aspectos que resultan indispensables en esta profesión, como el dominio del idioma inglés, la capacitación en ventas, finanzas y técnica constante, además de la honestidad ante lo que se desconoce.

María Dolores Elizondo Alvarado

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