Presentan adaptación de obra maldita de Shakespeare

En su más reciente emisión, el programa Desvelando cuentos del Taller de Teatro “Antonio González Caballero” presentó “El sueño de la codicia o la entelequia del poder”, una adaptación de la obra Macbeth, la tragedia de William Shakespeare que relata cómo la codicia puede enturbiar, enajenar y dominar la voluntad de las personas hasta llevarlos a su ruina.

Para conocer un poco más sobre su trabajo, el licenciado Allan Caballero González, egresado de la FES Cuautitlán y autor de esta puesta en escena, señaló que abordó el poder en este libreto desde tres perspectivas: de forma adquisitiva, personal (autocontrol de sí mismo) e interpersonal (manipulación de otra persona a través de la persuasión), lo cual ocasionó que se crearan giros inesperados en los argumentos de los personajes.

Luego de esto, se levantó el telón virtual para dar inicio al primer acto, en el que la maestra María Magdalena Copca Santana, responsable de Enseñanza Artística de la Facultad (en su papel de narradora) situó a la audiencia en el salón principal de una enorme casa, donde Ósine, una mujer poderosa y adinerada, confronta a Lete, su esposo, al descubrir sus deseos de asesinarla para apoderarse de todos sus bienes.

De lo que se entera con la advertencia que le hace Melpomene, una de las sirvientas de la casa, quien en un principio le demuestra lealtad pero luego se corrompe ante la manipulación del seductor Lete. Así es como este personaje inicia el camino hacia su propio declive, que principia con la muerte de Ósine, a quien asesina ante la promesa de amor y poder.

“La necesidad es maldita y lo maldito es necesario, la culpa redime y la redención es culpabilidad, el olvido una tregua a la conciencia, serás olvidada y lo tendrás todo y nada te pertenecerá, el poder te poseerá”, es el mensaje con el que se alerta a Melpomene en sueños sobre un futuro atroz. No obstante, su ansia de poder es más fuerte y decide continuar hasta obtener lo que tanto ambiciona.

Entre los bienes más anhelados de la casa, se encuentra una obra de arte ubicada en el salón principal, nombrada “codicia”, sobre la que Ósine advirtió “Sólo aquél que la posee podrá mantener su centro sin someterse a los estragos del poder desmedido”. Esta pieza destacaba entre las otras al poseer un aire hipnótico, capaz de atraer o someter a cualquiera ante su encanto.

Melpomene no fue la excepción ante tal delirio, lo cual desató su hambrienta ambición, que creyó saciar al vender ese objeto para obtener otros de mayor valor. Esta encomienda se la hizo a Alía, otra de las sirvientas de la casa, quien gustosa tomó la pieza que tantas veces admiró en silencio dentro del gran salón.

Para entonces, Melpomene ya había dado muerte a las hermanas de Ósine y a Lete también, sin siquiera darse cuenta que pronto esa “codicia” tan anhelada ya se apoderaba de otro cuerpo, el de Alía, que también estaba dispuesta a matar con tal de poseerla. “Quizá sea el comienzo de mi propia desdicha”, dice entre susurros mientras acaba con la vida de la que fue su mentora.

María Dolores Elizondo Alvarado

Liliana Alvarado Sánchez

También podría gustarte