Académico contribuye a la educación ambiental en la FES Cuautitlán

Con el objetivo de sensibilizar a las personas sobre el delicado equilibrio que existe entre el desarrollo humano y la conservación del planeta, cada 26 de enero se conmemora el Día Mundial de la Educación Ambiental. 

Esta efeméride surgió en el Seminario Internacional de Educación Ambiental celebrado en 1975, en la entonces Yugoslavia, en el que participaron más de 70 países.  Ahí, se presentó la Carta de Belgrado, un texto que estipula metas, objetivos y principios de la educación ambiental, pues el objetivo es impulsar la formación de habilidades y actitudes necesarias para lograr una convivencia armónica entre seres humanos y ecosistema. 

Entendiendo esto, el Centro de Enseñanza Agropecuaria (CEA) de la FES Cuautitlán contribuye con diferentes proyectos sostenibles a fin de  crear sistemas biológicos productivos, ya que es un espacio destinado a la producción agropecuaria y, sobre todo, a la formación académica. En él, se llevan a cabo prácticas, cursos y talleres encaminados a fortalecer la enseñanza de los alumnos de Medicina Veterinaria y Zootecnia (MVZ), Ingeniería Agrícola e Ingeniería en Alimentos, así como a productores.  

En entrevista, el maestro Rubén Vargas Márquez, jefe de la Unidad Agrícola, habló sobre algunas implementaciones que se han realizado en este sitio, pues al no ser un rancho productivo al 100%, “el agrosistema es tres veces más estresante que un sistema agrícola convencional”, explicó.  

A partir de esta característica, el docente detectó la necesidad de ofrecer capacitación con base en la tecnología disponible, el nivel de conocimiento de los operadores y el modelo de trabajo ejecutado hasta el momento. De esta forma, determinó algunas técnicas sostenibles viables para el terreno, tomando en cuenta diferentes métodos  para cada tipo de cultivo. 

Por ejemplo, la alfalfa es cortada cada 20 ó 24 días durante todo el año, lo que ocasiona un debilitamiento del ecosistema. Además, la labranza requiere grandes cantidades de combustible y mano de obra. Para evitarlo, se redujo  el uso de maquinaria y se adecuaron utensilios de manejo. 

Por otra parte, con todos los desechos que se generan en el CEA se hacen compostas mediante un proceso acelerado, las cuales se utilizan en las parcelas para mejorar las características del suelo y así lograr producciones más altas. “Luego de implementar esta práctica agronómica sostenible, la producción se incrementó de 200 toneladas de maíz a más de mil”, aseguró el maestro Vargas. 

Gracias a estas aplicaciones, el año pasado se cosecharon más de 2 mil toneladas de forrajes, entre pastos, avenas, alfalfa y maíz,  que representan el 95% de los requerimientos agrícolas del rancho. Con esto, se acercan a una de las metas principales, producir en su totalidad.

Durante 2020 y 2021, la contingencia sanitaria ocasionó una baja en las visitas de cada área, que permitió una rápida regeneración de estas zonas, “es donde vimos el impacto de dichas metodologías: labranza cero (que sólo es posible en algunas zonas) y el manejo de compostas”, expuso el docente. 

El humedal de la FES Cuautitlán

Desde 2019 se habilitó un humedal natural en la Facultad. Este proyecto surgió como un programa de Servicio Social “Diseño, desarrollo y monitoreo de ecotecnias para la producción agropecuaria sustentable a partir del aprovechamiento de los residuos generados en la FESC”,  liderado por el maestro Rubén Vargas, esta propuesta está encaminada al cuidado medioambiental. 

Su importancia radica en que tiene un gran impacto en el ambiente, ya que es una zona de transición que amortigua el desgaste ecosistémico al reducir la contaminación del aire, agua y  suelo. Asimismo, disminuye el cambio climático o los efectos de gases invernadero porque mantiene el agua y la vegetación en esta área, se evitan las temperaturas excesivas y  se beneficia la filtración de agua.

Además, con el monitoreo realizado es posible saber cuánta agua se precipita, la cantidad que se está evaporando y la que permanece en los bancos de agua del suelo, lo cual favorece al desarrollo de los municipios aledaños.

Al mantener esta actividad sostenible, se capta agua y se impiden las inundaciones de áreas habitacionales, incluso si se trata de un área de transición, como Cuautitlán, ya que el líquido que permanece en el suelo ayuda a la producción agrícola. 

Para continuar con esta labor, el académico impartirá la asignatura “Impacto Ambiental Agrícola” en el programa PR212022 “Innovación Educativa en la carrera de Ingeniería Agrícola”, encabezado por la doctora Gloria Zita Padilla. Su labor se enfocará en el manejo mecanizado de tareas agrícolas y la construcción y conservación de un humedal.

Adicionalmente, con la colaboración de tres estudiantes, realizará una memoria fotográfica que ofrezca una identificación más específica de las especies vegetales que existen. También hará algunos videos que incluyan lo legislativo para respaldar los humedales y sobre el manejo realizado en la Facultad. 

Dentro de esta labor y dentro del marco del Día Mundial de los Humedales (2 de febrero), el maestro Vargas presentó la conferencia “El humedal de la FES Cuautitlán”, por invitación de la Dirección de Sustentabilidad y Medio Ambiente del Municipio de Cuautitlán. 

Martha Guadalupe Díaz López

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