Hacia un mejoramiento genético sostenible

Con la participación de los doctores Rafael Núñez Domínguez y Hugo Oswaldo Toledo Alvarado, especialista en Zootecnia y académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, respectivamente, se llevó a cabo en formato virtual el 2do Ciclo de conferencias Caracterización y mejoramiento genético en especies de interés zootécnico.

En la inauguración, el maestro Javier Froylán Lazcano Reyes, jefe de la Sección de Bioquímica y Fisiología Agropecuaria, aseguró que este ejercicio es fuente de información para los alumnos. Por su parte, el doctor  Benjamín Velasco Bejarano, secretario General, destacó la importancia de reforzar el contenido temático de las asignaturas con actividades dinámicas y enriquecedoras como ésta. 

Luego, en “Evolución de los programas de evaluación genética en México y oportunidades de desarrollo”, el doctor Núñez señaló que abordar estos temas contribuye a la solución de problemas ambientales y aquellos que tratan la demanda creciente de productos de origen animal inocuos y nutritivos, por lo que aseveró que es necesario estimar los factores heredados que van a transmitir superioridad a la siguiente generación de animales.

El doctor Núñez indicó que en 1999 se comenzaron a optimizar estos recursos en nuestro país, y que en 2012 se realizó un estudio para medir la diversidad de los niveles de conservación de recursos genéticos pecuarios, en el que se documentaron 163 razas de 16 especies, de las cuales 47 pertenecen a México.

Antes de concluir, mencionó que las oportunidades para este ámbito conllevan fortalecer las bases de datos relacionadas con características para la evaluación e implementar programas especiales para la conservación de razas de ganado a través de búsquedas de nichos de mercado.  

Más tarde, en la charla “El impacto del mejoramiento genético de bovinos lecheros para reducir las emisiones de metano”, el doctor Toledo aseguró que es necesario disminuir la huella de carbono que genera el ganado para mejorar su adaptación al cambio de temperatura y así aminorar los problemas relacionados con el cambio climático. 

El ponente explicó que los bovinos, por efecto de la fermentación y eructos de la rumia, son capaces de producir 120 kilogramos anuales de metano, emisiones que alcanzan una vida máxima de 14 años a diferencia de las de dióxido de carbono que puede permanecer en el medio ambiente hasta 200 años. No obstante, éste puede atrapar más radiación respecto al dióxido, lo que lo hace 34 veces más dañino. 

Para hacerle frente a lo anterior, el especialista propone identificar a los animales que producen menos metano, el microbioma más adecuado para disminuir la producción de este gas, implementar modificadores del rumen, cuánto defeca el animal y realizar un tratamiento efectivo del abono.

 

María Dolores Elizondo Alvarado 

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