Estudiante analiza plantas medicinales para el tratamiento de la diabetes

México es un país multicultural que se construyó, en gran medida, a partir del conocimiento de sus pueblos indígenas, los cuales a través del tiempo han empleado la riqueza biológica existente en los ecosistemas que habitan. Un ejemplo es la medicina tradicional, que sigue practicándose en las comunidades rurales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que estas prácticas tienen una larga historia y constituyen la suma de conocimientos, capacidades y ejercicios basados en teorías, creencias y experiencias de diferentes culturas, sean explicables o no. Éstas se han utilizado para mantener la salud y prevenir, diagnosticar, mejorar o tratar enfermedades físicas, mentales o de cosmovisión.

Por todo esto, su protección, conservación, revitalización y reconocimiento es de gran importancia nacional, así como también usar de manera sustentable sus recursos. Consciente de esto, Joseline Hernández Hernández, estudiante de la licenciatura en Química Industrial, asesorada por la QFB Brígida del Carmen Camacho Enríquez, académica de la FES Cuautitlán, trabaja en el “Estudio químico biológico de recursos vegetales empleados en la medicina tradicional por curanderos del municipio de Benito Juárez, Veracruz, de manera particular para tratar la diabetes”.

Éste sitio se encuentra ubicado en la región montañosa de la Huasteca Veracruzana. Sus principales localidades aún utilizan la herbolaria para el tratamiento de sus padecimientos. Para resaltar

La medicina herbolaria, un recurso de atención médica en las comunidades rurales

Las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, afectan de manera desproporcionada al mundo, principalmente a los sectores más pobres, de nivel cultural bajo y de zonas marginadas, como el municipio de Benito Juárez, donde sus habitantes no cuentan con atención de segundo y tercer nivel, por lo cual requieren trasladar a sus enfermos al hospital más cercano. De ahí que sus habitantes prefieran recurrir a las prácticas tradicionales, en especial la herbolaria.

De acuerdo con un boletín informativo publicado por la UNAM, el doctor Adolfo Andrade Cetto, académico de la Facultad de Ciencias, reportó que en México la diabetes ya es una pandemia porque ocupa el noveno lugar entre las naciones con más diabéticos y que para el año 2025 ascenderá al número siete.

En este mismo informe, expuso que en las comunidades rurales los diabéticos usan los saberes tradicionales de la herbolaria de manera complementaria al tratamiento médico, en prácticamente todos los casos, ya que el 93% combina ambos, el 5% usa solo fármacos y el 2% usa únicamente plantas medicinales.

Por tanto, el proyecto propuesto por las universitarias tiene como objeto brindar bases sólidas a la medicina tradicional mexicana y a sus practicantes para preservar el conocimiento, documentarlo y darle mayor fundamento. “Nosotros estamos conscientes de la intelectualidad, valía y sabiduría que poseen”, detalló la QFB Camacho.

Por su parte, Joseline explicó que como originaria de esta comunidad, estos saberes les pertenecen y deben protegerse como parte de su patrimonio cultural e histórico. Además, afirmó que durante su investigación notó que los curanderos, parteras, hueseros y conocedores en su mayoría son personas adultas, debido a que las nuevas generaciones no están interesadas en aprender o continuar con estas prácticas. De modo que este trabajo coadyuvaría a informar a las nuevas generaciones y atraer su atención, continuando así con este ancestral legado.

El proyecto: la identificación y preservación de las plantas

Para la primera etapa del proyecto, Joseline Hernández visitó el municipio de Benito Juárez y recabó información general de la zona, para identificar a las personas que emplean remedios naturales en apoyo a sus comunidades. Fueron 11 los entrevistados, 10 mujeres y un hombre, con un rango de edad de entre los 30 y los 90 años.

Estas personas que llevan entre 11 y 30 años efectuando dicha labor explicaron que su entendimiento sobre las plantas es herencia de sus madres o abuelas. Otros aseguraron que todo lo que saben se les mostró en sueños, en los que una mujer los visita y los lleva a recorrer caminos largos para mostrarles el nombre y forma de uso de cada especie vegetal.

Si bien los curanderos reconocen los síntomas de algunos padecimientos, diagnostican,  recomiendan el uso y formas de preparar  las plantas, también aconsejan a los enfermos visitar al médico, pues entienden que la etnomedicina es una alternativa complementaria a la denominada científica o alopática.

Durante las entrevistas, los curanderos reportaron que carta de serena, chichikxohuitl, kosolmecatl, ojoxijtli, pemuch, guásima, chichiyajtli, mango, palo de azul, pionchi, tres hojitas, cola de caballo, mozotl, palo de vibora, trompa de puerco, chichijtli, guanábana, nopal, pata de vaca, yuca y zapote chiquito son las 21 plantas que emplean para el tratamiento de la diabetes.

Una vez recolectadas y como parte de la documentación, las plántulas serán analizadas para conocer su taxonomía, sus nombres científicos y  la familia a la que pertenecen, esta tarea de identificación botánica será realizada por expertos del Herbario de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán.

“Ya documentamos la información y realizamos monografías, cuando tengamos los datos necesarios haremos un catálogo en español y náhuatl (huasteco), confiamos en que este trabajo impulsará el interés por proteger los recursos naturales y sus bondades. Con esto también buscamos captar la atención de los más jóvenes”, expresó Joseline.

Durante este proceso, las universitarias también compartieron algunas enseñanzas  con la comunidad y los 11 entrevistados, a quienes instruyeron sobre Fitoquímica, la relevancia de conservar en condiciones óptimas las plantas medicinales utilizadas, los factores que intervienen en la composición química y acerca de sus efectos secundarios. Terminado el proyecto, la intención de la estudiante de Química Industrial es regresar y proporcionarles datos exactos sobre los compuestos químicos que producen las plantas.

La QFB Camacho aseguró que este trabajo es esencial porque contribuye con conocimiento para aquellas poblaciones que carecen de hospitales y centros de salud con la infraestructura necesaria, recordando que sólo el 20% de la población tiene acceso a los sistemas de salud que conocemos, mientras que el 80% restante utiliza lo tradicional como atención primaria y su mayor recurso son las plantas medicinales.

Por lo cual, recientemente este trabajo fue galardonado con la medalla “Dr. Gustavo Baz Prada”, que distingue a la comunidad estudiantil que destaca por su participación en programas de servicio social, ya que atienden las necesidades de diversos grupos vulnerables y coadyuvan a mejorar sus condiciones de vida.

 

María Dolores Elizondo Alvarado

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