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Presidida por la doctora Lilian Camacho Morfín, académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFYL), presentó la conferencia “Frente al plagio académico”, organizada por el Departamento de Ciencias Pecuarias a través del área de Bromatología y del Programa Interno de Apoyo para Proyectos de Innovación y Mejoramiento de la Enseñanza (PIAPIME 2221423), en el Auditorio de Extensión Universitaria. 

La ponente explicó que en la actualidad existen muchos mecanismos para detectar este problema institucional que no solamente atañe  a la UNAM sino al mundo. Describió este ejercicio como un robo que desapodera al creador de su producto, se relaciona con la explotación, el despojo, el saqueo y se realiza en el campo académico, especialmente en una cultura de meritocracia que favorece el individualismo, la presión social y el negativismo desafiante. 

Explicó que el acto de plagiar se manifiesta mediante la apropiación de concepciones y se comete por una voluntad intencional o accidental, algunas de las motivaciones pueden ser la falta de tiempo, confianza profesional, habilidades o de alfabetización académica.

Entre los métodos para llevar a cabo esta práctica, enlistó la técnica de copiar y pegar, el parafraseo inapropiado, la referencia falsa o pérdida, la falsificación de datos, el robo de referencias (no de fuentes), la sustracción de métodos, espacios (salones, laboratorios, etcétera) y colaboradores formados. 

Después, se refirió a las variedades del plagio, para esto habló sobre la de tipo republicano considerada la más inofensiva porque el individuo publica su texto en distintos lugares con diferentes nombres. Otra es la de falsa autoría, que es más grave porque la persona toma el escrito de alguien más y lo firma como propio, dando pie al hurto, al autor fantasma y al falso colaborador. 

También se refirió al robo de material y concepciones en el aula o el trabajo, prácticas que señaló como normalizadas,  como utilizar  exámenes o guías de estudio propuestas por colegas sin darles créditos por su trabajo, “microplagios crean macroplagios, coloquemos un espejo delante de nuestra práctica docente”, insistió la doctora.   

Posteriormente, expuso que el universo de lo robado puede incluir elementos valiosos como cursos, pláticas, apuntes o material didáctico inédito, todo elaborado por productores obreros de la enseñanza. Los plagiadores suelen apoderarse de esto en la búsqueda de un lucro personal o auspiciados por alguien más, “este tipo de robo es invisible o en su defecto invisibilizado y regularmente queda impune”, aseveró.  

Antes de concluir, la especialista presentó tres anécdotas en las que ejemplificó de manera simple esta problemática. Después resaltó que dichas cuestiones deben terminar y para eso es primordial darle prioridad a la polifonía académica por encima de la monotonía, ya que actividades como éstas generan violencia simbólica en la que no se usa la fuerza física pero sí la imposición de poder.

María Dolores Elizondo Alvarado 

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