El cisne canta por primera vez

Victor Manuel Reyes Flores

Acompañada por la voz de un tenor y de música colmada de incertidumbre, la compañía DramaDanza llegó a la FES Cuautitlán para presentar su espectáculo El canto del cisne, una pieza interpretada por Itzel Zavaleta, cuyas pasiones y eventualidades fueron el testimonio de una verdadera obra de arte.

La muestra inició en silencio, en la imposibilidad del nacimiento de una ejecución que fue concibiéndose a partir de los movimientos y las gesticulaciones del rostro de la artista. Su baile transportó tristeza y agonía, pero también una compasión que la llevó alegremente por el entarimado.

Así, de la calma a esa tempestividad iracunda, la bailarina fue de la niñez a la madurez en un recorrido que por momentos le trajo locura y desesperación, el cual, sin embargo, en todo momento guardaba al cisne como un símbolo de múltiples sentidos, con la belleza, la delicadeza y los sueños mismos en cada uno de sus rincones.

El canto del cisne se presentó en la Unidad de Seminarios de Campo Uno para mostrar al público la simbiosis perfecta entre el cuerpo y la melodía a través de la existencia del ser humano como un ente orgánico y cósmico; la vida puesta en la perspectiva de experiencias fundamentales como el amor y la esperanza.

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