Luce mosaico de talentos en la pastorela universitaria

Cada año el grupo representativo de Teatro de nuestra Facultad “Antonio González Caballero”, dirigido por la doctora Magdalena Copca Santana, ofrece a la comunidad su tradicional pastorela, un ejercicio con el cual se sumó a las festividades decembrinas de este año. 

La escenificación está basada en el texto de José Miguel Sabido Ruisánchez, renombrado dramaturgo, poeta y destacado impulsor de los géneros rituales tradicionales mexicanos, especialmente las pastorelas, en las que desentraña los obstáculos que los pastores enfrentan antes de conocer al niño Dios.

El espectáculo dio inicio con la aparición del Arcángel San Miguel, encargado de anunciar a los pastores la natividad de Jesucristo y protegerlos en su viaje a Belén, quien con ayuda de un ángel que escasamente alcanza el título de becario anunció “caminen a ver al niño y olviden la soledad, iluminados por las verdades del amor y que la fe de sus pasos los conduzca al pesebre triunfador”.  

A ritmo de reguetón comienzan las aventuras de los protagonistas, quienes enfrentarán las delirantes tentaciones de Lucifer y su cuadrilla de diablos. El recinto se llena de sarcasmo, escenas chuscas, personajes extravagantes, frases ingeniosas, risas amargas, cólera, ironía y sed de justicia.

La lucha entre el bien y el mal exhibe pasajes entre vicios y virtudes, a menudo derivados de los siete pecados capitales, permitiendo a los asistentes reflexionar sobre sus acciones en un ambiente festivo y emotivo. Uno de los momentos más divertidos sucede cuando los diablillos se disfrazan de provocativas mujeres (Clara y Yema) para robar los maridos de las campesinas,  tentándolos con sensuales bailes que desencadenan discusiones e insultos para resaltar los defectos del otro.

Aunque Lucifer es derrotado se muestra buen perdedor e invita a todos a atascarse de tamales y aguardiente, pero antes, con infinita repulsión, estrecha la mano del Arcángel San Miguel. La puesta en escena concluye con la entrada triunfal de María y José portando en brazos al niño Jesús, al que el pueblo le entrega múltiples regalos, arrulla y canta en coro.

Sobre el montaje, hay que destacar la esencia teatral que combina magia y acción, junto con la extraordinaria belleza de los vestuarios, los constantes cambios en la escenografía y la ingeniosa adaptación a los diálogos que lograron mantener al público al borde de su asiento entre carcajadas y buen humor.

Esta expresión artística se le ha atribuido a San Francisco de Asís, quien supuestamente creó la primera representación de la Navidad en Italia en el año 1223 y llegó a México con el propósito de la evangelización.

María Dolores Elizondo Alvarado

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